­Dieciséis años al frente del Ayuntamiento de Málaga. Se dice (o escribe) rápido, pero ese tiempo pesa mucho en la configuración actual de la ciudad. Lo que es Málaga ahora, para lo bueno o lo malo, tiene como denominador común a Francisco de la Torre, que es el alcalde que más tiempo ha pasado al frente del Ayuntamiento de la ciudad, superando la marca de Pedro Aparicio.

El alcalde del PP recibió además en 2015 el refrendo para estar al frente de la ciudad otros cuatro años, que le permitirán cumplir un ciclo de 19 años gestionando Málaga. La continuidad a partir del año 2019, con las futuras elecciones municipales, es toda una incógnita, aunque él lance mensajes que apuntan a una posible retirada. Ya le han dado por retirado en varias ocasiones, por parte de su partido y de la oposición, fallando todas las predicciones hasta ahora.

Sin embargo, si De la Torre ha tenido a su favor cuatro mayorías absolutas consecutivas, allanando de forma notable el camino de la gestión municipal, las elecciones de 2015 dejaron un panorama mucho más abierto. El equipo de gobierno perdió lo que era una robusta mayoría absoluta y gran parte de su músculo electoral, pasando de 19 a 13 ediles que quedaron repartidos ante el empuje de partidos emergentes como Málaga Ahora (4 concejales) y Ciudadanos (3 concejales). Eso dejó a De la Torre a expensas de un acuerdo con Ciudadanos que le aseguró la investidura, pero también gobernar en minoría. Y no es lo mismo. Ahora, cualquier decisión debe contar con el apoyo de, al menos, uno de los otros grupos municipales.

Esa tesitura parece que no ha hecho mella en Francisco de la Torre, que mantiene las grandes líneas de su gestión casi inamovibles. Eso sí, la época de los grandes proyectos parece que ha pasado y hay una apuesta la microgestión. La falta de recursos económicos, condicionada por los planes de ajuste presupuestario, también condicionan mucho el día a día municipal.

A estas presiones por parte de la oposición, con roces frecuentes con Ciudadanos, pese a ser quien le aseguran el mandato, se le suma otro tipo de presiones. Estas vienen desde las filas de su propio partido, para forzar su renuncia a la alcaldía y renovar al candidato, con Elías Bendodo como principal aspirante en su condición de presidente del PP malagueño y presidente de la Diputación.

La oposición tampoco pierde la oportunidad de lanzar mensajes de agotamiento del mandato y del proyecto de Francisco de la Torre. Argumentan su edad (73 años) y los problemas de gestión con Limasa, Art Natura y el metro. También la falta de ideas, sobre todo tras la inauguración del Centro Pompidou y el Museo Ruso, que aunque se valoran por su calidad, se critica que sean a costa de que el Ayuntamiento asuma importantes costes económicos.

En todo caso, a nadie se le escapa que Francisco de la Torre sigue siendo un aval electoral para el PP. Es muy conocido y el balance de su gestión es percibido como muy positivo, más allá de los grandes fiascos que también se le achacan y que, ahora que está en minoría, están centrando gran parte del debate municipal.

Su presencia constante en convocatorias de entidades sociales, su capacidad para estar al frente de la mayoría de los grandes debates de la ciudad y el control que ejerce de la gestión municipal lo convierten en una persona con un gran peso social, aunque las críticas también se multiplican.

Casi medio centenar de entidades de la ciudad abordan la gestión de Francisco de la Torre y su futuro. ¿Está agotado el proyecto de Francisco de la Torre?

*Información elaborada por María Palma, Esperanza Murcia, María Viñas, Cristina Bejarano, Beatriz Escobar, Agustín Muñoz y Miguel Ferrary.