Soterrar el tráfico de la Alameda Principal y recuperar el gran salón ciudadano que fue en los siglos XVIII y XIX. Esta es la idea que quedó tras celebrarse la primera reunión, convocada por el Ayuntamiento de Málaga, para definir el futuro de esta vía una vez que termine la construcción del túnel del metro bajo el lateral norte.

Este encuentro, coordinado por la Asociación Arrabal, es el primero de una serie de reuniones y consultas que se han planteado para definir el futuro de la Alameda con vecinos y comerciantes de la zona. La idea es disponer de una serie de propuestas definidas para la segunda mitad de septiembre y redactar un proyecto para finales de año. El proyecto final se consensuará con la Junta, que reurbanizará la zona de obras, para completar la actuación con inversión municipal.

Sin embargo, las primeras ideas apuntan alto. No se quedan en plantear que se peatonalice más o menos espacio de la Alameda, sino que se apuesta por soterrar directamente todo el tráfico entre El Corte Inglés y la plaza de la Marina. Al menos los más prudentes, ya que hubo planteamientos de llevar el túnel hasta los Baños del Carmen.

Más allá de estas propuestas que apuestan por revolucionar la Alameda con inversiones millonarias, la asamblea sirvió para constatar el interés de los vecinos por recuperar este espacio público, que es concebido como zona de paso y poco agradable para el peatón. Representantes vecinales de El Perchel, La Malagueta, del Soho o del Centro pusieron sobre la mesa la necesidad de cambiar el uso de la Alameda.

No fueron los únicos. La exposición inicial de los técnicos de Urbanismo, que abordaron la situación actual de este espacio, ya apuntaba ese camino. Reconocieron que el 78% de los edificios están protegidos y tienen un valor patrimonial, situación que no concuerda con el excesivo uso de la Alameda por el tráfico. Además, apuntaron que el 45% de los locales están vacíos, pese a ser un eje central de la ciudad, y el peatón discurre por esta vía a más velocidad, ya que se aprecia como una zona de tránsito. «La Alameda es invisible», aseguró Javier Pérez de la Fuente, jefe de Arquitectura de la Gerencia Municipal de Urbanismo.

Este análisis fue compartido por muchos vecinos, aunque las soluciones están por cerrarse. Ester Ramírez, de la asociación Centro Antiguo, advirtió de que no aceptarán una peatonalización que sirva para extender las terrazas; mientras que los vecinos de Centro Sur mostraron su preocupación de que se desvíe el tráfico de coches de la Alameda hacia la Alameda de Colón, saturando este entorno.

Este trabajo de participación ciudadana se irá completando en las próximas semanas con una encuesta que recoja las propuestas ciudadanas, un buzón de ideas en la junta de distrito y una página web para recibir ideas.