El ex concejal de Cultura Damián Caneda ha salvado el papel y la gestión del Ayuntamiento de Málaga en el fracaso del proyecto de Art Natura y ha culpado a su promotor, Fulgencio Alcaraz, al que ha tachado de "iluso" y de tener una idea "equivocada" de un museo, pero que se aprovechó del "enamoramiento" que el alcalde y otros responsables tenían del proyecto, mientras que el Consistorio "estaba obligado a cumplir el contrato hasta el último momento".

Caneda, a preguntas de los concejales miembros de la comisión de investigación ha señalado que cuando el llegó al Ayuntamiento en 2011 se encuentra con una petición de Alcaraz de resolución del contrato y a partir de ahí trató de enderezar la situación pero "observé muchas pruebas de mala fe por parte de Alcaraz que me hicieron ver que él no quría seguir, sólo quería dinero". En este sentido ha añadido que ya en 2012 Alcaraz le planteó estar dispuesto a marcharse, "pero pagándole el resto del canon que faltaba y una indemnización de más de 2,5 millones de euros, que yo rechacé. Él quería dinero para irse, no para quedarse".

Aunque ha admitido que el contrato era "difícil " de cumplir en las fechas acordadas, lo ha exonerado al señalar que los retrasos se deben a que el proyecto básico no se aprobó hasta 2009, "debido a las continuos añadidos quee pedia Alcaraz" y también a los 16 meses que hubo que añadir a las obras de La Tabacalera al detectarse una cimentación poco segura, añadiendo además que los contratos deben basarse también en "la buena fe de las partes" y, en cambio "era muy complicado tratar con él pues creo que no quería llegar a acuerdos, sino dinero".

Sin afirmarlo con seguridad, Caneda, a preguntas de la socialista María Gámez ha venido a reconocer que él se convirtió finalmente en "el liquidador" del proyecto, una voz que el Ayuntamiento se convenció de la imposibillidad del mismo y de que Alcaraz ya no quería seguir, sino marcharse. Pero para ello, había que poner sobre la mesa los incumplimientos por parte del promotor Fulgencio Alcaraz. De ahí que desde que Caneda llegó al área de Cultura, comenzó a revisar todas las facturas que se les remitía por parte de la promotora Royal Collection, e incluso pidió volver a ver algunas que ya estaban pagadas de años anteriores.

El incumplimiento mayor que permitió liquidar el proyecto fue "el desinterés" de Royal Collection por abrir el museo. Caneda ha explicado que una vez que se le entregaron los edificios, a finales de 2011, tenía 120 días para acondicionar el inmueble y "rellenarlo" con las gemas, pero que no hizo nada de esto y no pidió licencia de apertura hasta dos días antes de acabar el plazo de esos 120 días, "con lo que era imposible que se le diera". Caneda reconoció que intentó salvar el proyecto "pero una vez visto que era imposible había que liquidarlo lo antes posible y con el menor coste posible a las arcas municipales".

Caneda ha revelado que hubo un intento de cancelación "amistosa" propiciado por la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM) y la Cámara de Comercio, especialmente por parte del entonces presidente de la CEM Javier González de Lara, pero que resultó "imposible" desde el momento en que "este hombre sólo quería dinero".