La provincia de Málaga generará durante los meses de verano, en conjunto, alrededor de 13.000 empleos ligados al sector de la hostelería, según las previsiones del sindicato CCOO, que espera una temporada alta turística «muy positiva» para la Costa del Sol en cuanto a ritmo de actividad aunque, a su juicio, con la realidad de unas contrataciones caracterizadas, además de por un uso de la temporalidad que considera «abusivo», por un creciente peso del trabajo a tiempo parcial en detrimento de la jornada completa. El responsable nacional de Turismo de CCOO, Gonzalo Fuentes, recuerda que la provincia presenta hasta la fecha en 2016 una media de más de 67.500 personas trabajando en el sector (la inmensa mayoría, asalariados), una cifra que durante el verano podría llegar a situarse por encima de las 80.000 debido a las continuas incorporaciones de personal que irá realizando el sector hostelero, compuesto por bares, restaurantes, chiringuitos, hoteles, discotecas o salas de fiesta, para dar respuesta al aumento estival de la actividad.

El sindicato espera cuando menos un incremento mes a mes, entre julio y septiembre, de un 6% en la cifra de afiliados al sector de la hostelería en la provincia. El año pasado esa subida estuvo en torno al 8%, un porcentaje que Fuentes considera «difícil de repetir» ya que el sector llega en este 2016 al verano, de entrada, con más personal que en el ejercicio anterior. En concreto, la cifra media de afiliados en Málaga supera ahora mismo en más de 4.600 a la que se registraba a estas alturas de 2015, con un alza de casi el 9,5%.

«El problema que seguimos teniendo con el trabajo que se está creando durante todo este tiempo es la temporalidad y la parcialidad. Entendemos que el número de trabajadores con contratos temporales es tan elevado porque están en fraude de ley. Son contratos realizados con una duración temporal, pero que en realidad están cubriendo una necesidad permanente. E incluso los que están cubriendo una necesidad temporal no están respetando los requisitos exigidos, ya que se les llama de forma periódica para cubrir las temporadas altas desde el punto de vista turístico; por lo tanto, su modelo contractual debiera ser de fijo discontinuo», afirma.

Los sindicatos vienen denunciado reiteradamente este fenómeno, que se refleja en los contratos que se firman cada mes en Málaga y que, según Fuentes, se repetirá también durante la inminente temporada estival. En el caso de la hostelería, los contratos temporales están aglutinando porcentajes mensuales de hasta el 97%, por sólo un 3% de contratos indefinidos. Y dentro de este panorama, la modalidad del empleo por horas le va ganando también terreno a la jornada completa. Según los datos de la EPA correspondientes al primer trimestre de 2016, el empleo a tiempo completo entre los asalariados (en este caso hablamos de todos los sectores), ya sean indefinidos o temporales, ha descendido en el último año un 12,3%.

Ahora mismo, y según un estudio publicado estos días por este sindicato, el 22% del total de trabajadores de Málaga del conjunto de sectores (algo más de uno de cada cinco) trabaja por horas, cuando en 2007 eran sólo el 14%. Y en la mayoría de los casos no es por elección, sino porque no encuentran ofertas de otro tipo. Así lo afirman en la EPA más del 60% de las personas con este tipo de contrato.

«El contrato temporal y por horas es el más utilizado por los empresarios del sector de la hostelería actualmente, y supone que las personas que acceden al mercado lo hacen de una forma precaria y sin apenas derechos, formando lo que se viene denominando trabajadores pobres, ya que sus condiciones laborales y los bajos salarios no les permiten tener satisfechas sus más elementales necesidades», afirma Fuentes. Otro gran problema del empleo a tiempo parcial, según apuntan los sindicatos, es que esconde muchas situaciones de fraude laboral, representando «un verdadero foco de economía sumergida». «Hay personas que están contratadas dos o cuatro horas al día pero que en realidad echan ocho o más y descansan sólo un día», señala.

Campaña de inspecciones. De hecho, durante estos meses la Inspección de Trabajo de Málaga realiza su particular «temporada alta» de visitas a los negocios de hostelería con el objetivo de combatir tanto el empleo sumergido (trabajadores sin alta laboral) como el uso abusivo de los contratos a tiempo parcial por parte de algunos empresarios, que camuflan así lo que en realidad son jornadas completas de sus empleados. Según explicaba hace unas semanas el jefe de este organismo en Málaga, Alfonso Conejo, este año se realizarán en la provincia unas 1.800 inspecciones en la campaña especial de la hostelería. El 70% de estos controles se realizan de mayo a septiembre, coincidiendo con los meses turísticamente más fuertes.

El año pasado, la campaña de hostelería registró una cifra similar de inspecciones a bares, restaurantes, cafeterías, chiringuitos o discotecas y se saldó con casi 540 infracciones detectadas y 660 trabajadores regularizados (bien porque no tenían contrato o porque echaban un 50% más de horas de las que estipulaba su jornada), junto a propuestas de multa a las empresas por casi 2,5 millones de euros.