­El mosquito tigre está acabando con la paciencia de todos. Debido a las últimas lluvias y al calor, los vecinos ya notan en el día a día su incómoda presencia. Guadalmar o la desembocadura del Guadalhorce son algunas de las zonas más afectadas por los efectos de este insecto, que cría en zonas de agua estancada.

Los vecinos del Parque Litoral están sufriendo especialmente el aumento de estos insectos, cuyo foco podría estar en el campo de fútbol de Guadalmar. «Desde hace dos o tres semanas, en el quiosco hay muchos más mosquitos que antes», comenta el quiosquero Jaime Amato, cuyo establecimiento está cerca de la zona más afectada. «En la zona de Parque Litoral hay un montón por la noche y por el día. Es bastante molesto porque se meten por todos lados».

No es el único establecimiento que ha notado su presencia. «Tenemos el río aquí al lado y ahora tenemos una presencia de mosquitos tremenda. Los mismos clientes que están en la terraza nos lo dicen, pero no sólo de este bar, sino de todos los de la zona», explica un trabajador del restaurante La Grada, Fernando Guzmán. «En este tiempo tenemos una afluencia de mosquitos exagerada y como no fumigan, los mosquitos vienen para acá. Los clientes están cansados y los mismos vecinos de aquí. Los jugadores de pádel me han dicho que ya no van a alquilar más las pistas porque salen llenos de picaduras», señala Guzmán.

Sin embargo, una de las cosas que más llama la atención a los vecinos es el tipo de picadura que producen. «Son exageradas, no son las típicas ronchas, sino unos bultos que duran dos o tres días; a mí me picó uno en el brazo y me duró días», indica. «La verdad es que estamos un poco cansados del tema de los mosquitos, a ver si hacen algo».

Sergio Rosa, un empleado del bar Chopp Litoral, explica que están perdiendo clientela por culpa de estos mosquitos: «Nos han picado a mí y a mis compañeros y hemos tenido que comprar unos parches para que nos ataquen menos. Los clientes se están quejando y estamos perdiendo clientela por el tema de las mosquitos. A veces hasta entran dentro del bar».

El empleado informa de que están «pensando en comprar unas plantas de citronela que espanten a los mosquitos y ponerlas encima de las mesas porque a la gente les pican y estamos perdiendo clientes».

El propietario de la papelería Cambalache, Miguel Arias, también declara: «En la zona del Parque Litoral estamos sufriendo bastantes picaduras. La zona del pádel está infectada de mosquitos. Los niños en el colegio están sufriendo bastantes picaduras. Por la noche, la zona no se puede transitar, ni se puede pasar por la zona del pádel porque hay muchísimos mosquitos». Como posibles medidas para paliar este caso «se ha comunicado al Ayuntamiento; en la página web hay bastantes quejas de los vecinos para ver si se puede fumigar». «A ver si se puede subsanar porque está bastante delicado», manifiesta. Y es que las últimas lluvias y el calor que se ha instalado en la ciudad, ha provocado el aumento de estos mosquitos y los de otras especies. A diferencia de los habituales, el mosquito tigre suele aparecer en cualquier estancamiento de agua. Esta especie pica durante todo el día, mientras que el normal solo lo hace por la tarde o por la noche. Además, la reacción que produce en la piel es mucho mayor provocando bultos y no simples ronchas.