­Los riesgos de la captura de inmaduros no se limitan a la amenza que supone para la regeneración de los caladeros y, por tanto, para la pesca legal. El informe de la Consejería de Agricultura y Pesca destaca el daño que esta actividad supone a nivel social por ser el caldo de cultivo de mafias que rentabilizan muy bien este producto en el mercado negro y el fraude que sufre el consumidor, ya que los pescadores furtivos venden el género bajo el la denominación de chanquete cuando en muchos casos se trata de inmaduros de otras especies o incluso el llamado chanquete chino, una especie asiática de agua dulce que llega a España congelado.

Sin embargo, uno de los riesgos a los que más se expone el consumidor es el sanitario, ya que la poca consistencia de los chanquetes o las crías de boquerones, sardinas y otras especies autóctonas hacen que sólo puedan conservarse en buen estado unas pocas horas «incluso en refrigeración». Según el documento, esto hace que los furtivos utilicen habitualmente formol, un producto tóxico y cancerígeno que en los últimos años se ha venido imponiendo a la antigua costumbre de orinar sobre la mercancía para aportarle el poder conservante de la urea.

Sobre el uso del formol, el informe asegura que se desconocen datos sobre su origen, la forma en que se usa, las dosis exactas o formas de aplicación. «Únicamente sabemos que es de uso muy frecuente porque habitualmente se encuentra en las operaciones de Inspección Pesquera y Guardia Civil: botes de formol vacíos o medio llenos, en el interior de las barcas, en cubos, etc, es algo frecuente en esta actividad clandestina. Es muy posible que su aplicación se haga de forma directa, añadiendo un chorro a ojo al cubo que contiene la mercancía a la que ya se le ha escurrido el agua previamente. Se desconoce, por tanto, los posibles efectos sobre la salud del aplicador así como del posterior consumidor», asevera el escrito que ya está en manos de la Fiscalía.