La pesca clandestina de chanquete y alevines de otras especies en aguas de Málaga es residual gracias a la presión que las administraciones ejercen desde 1999, cuando Junta de Andalucía, Subdelegación del Gobierno, Capitanías Marítimas, Autoridad Portuaria y Guardia Civil hicieron piña con el denominado Plan de Coordinación de la lucha contra la pesca ilegal de inmaduros en la provincia de Málaga. Sin embargo, esta estrategia, que se sumó a medidas históricas como las subvenciones al sector bolichero a mediados de los años ochenta a cambio de que se entregaran las artes de playa en beneficio de otras modalidades más sostenibles, o la veda indefinida declarada para el chanquete en 1988, se encuentra lejos de erradicar esta activad pese a los esfuerzos de los últimos 15 años que detalla un reciente informe elaborado por el Servicio de Desarrollo Pesquero de la Consejería de Agricultura y Pesca para alertar de un problema endémico en una zona especialmente sensible: la bahía de Málaga: «Es el único lugar del Mediterráneo andaluz donde se captura el boquerón todo el año y donde se obtienen la mayor parte de las capturas de la especie. Esta especie es muy selectiva en la localización de su área de puesta, quedando muy restringida a esta bahía».

El documento, titulado La problemática de la captura de chanquete y al que ha tenido acceso en exclusiva La Opinión de Málaga, recoge que desde finales del siglo pasado hasta 2015, la Inspección Pesquera, en casi 60.000 actuaciones, ha incautado en nuestro litoral, 1.099 embarcaciones utilizadas para la pesca de esa especie diminuta e inmaduros de otras, fundamentalmente boquerón y sardina pero que también se lleva por delante a pequeños jureles, salmonetes, calamares, merluzas, pulpos o marisco, etc. La tendencia anual es descendente desde el año 2009, cuando se tocó techo con 105 intervenciones, hasta el año pasado con 19. Lo mismo ocurre con las 454 artes de pesca confiscadas desde 1997. Si el tope se alcanzó en 2007 con 27 redes, el año pasado apenas se intervinieron tres, aunque además de las herramientas, la Inspección Pesquera ha levantado más de 1.170 actas por infracción en materia de talla antirreglamentaria y 2.220 expedientes sancionadores por venta de pezqueñines.

Más allá de unas cifras que la Consejería de Agricultura, Pesca valora en su justa medida, los autores del informe huyen de la complacencia hasta el punto de concluir que la lucha contra la pesca de chanquetes e inmaduros en Málaga es «claramente insuficiente e ineficaz» con los medios materiales, humanos y administrativos disponibles: multas, incautaciones de artes y embarcaciones. Los técnicos advierten con contundencia: «La eficacia de la vía administrativa en la solución de esta problemática queda en entredicho por la presumible insolvencia de los infractores, que continúan con la actividad furtiva impunemente». Fuentes de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural aseguran que este informe, entregado a la Fiscalía el pasado mes de mayo, ha servido para formalizar la petición que la administración andaluza hizo en febrero para solicitar más medios para luchar contra esta lacra.