Los 50 trabajadores del centro de salud de Capuchinos se han concentrado en la mañana del lunes a las puertas de este, para protestar por una situación "insoportable" y que llevan padeciendo desde el pasado miércoles cuando comenzaron las obras de separación de este edificio con el contiguo, que pretende albergar la sede de Cruz Roja en Málaga.

Los sanitarios, que atienden a una media diaria de 800 pacientes, denuncian que además del ruido y el polvo constante, temen por su seguridad y la de los usuarios ante el posible desprendimiento de cascotes. "Es insoportable, no podemos desarrollar nuestra labor con el ruido de una escabadora y las consultas llenas mañana y tarde, si no se paran las obras tendremos que atender a los usuarios en la calle", se quejaba Soledad Garbero, administrativa en el centro y miembro de CCOO, sindicato que ha organizado la protesta.

Aunque estaba previsto que, de forma simbólica, los profesionales llevaran a cabo la actividad asistencial a las puertas del centro, finalmente no ha sido así ya que nadie estaba trabajando en las obras.

Y, a pesar de que agradecen que se hayan parado las obras, apuntan que probablemente se deba a la convocatoria de la protesta y sostienen que nadie ha respondido a ninguna de las propuestas, entre ellas, que se retomen las obras a partir del 1 de julio, cuando el centro permanecerá cerrado durante el horario de tarde, o que estas tareas se hagan los fines de semana. "Llamamos a todos sitios y el viernes vino un técnico pero hasta el momento no hemos recibido comunicación alguna", insiste.

De forma previa al inicio de las obras, Garbero ha explicado que los empleados del centro preguntaron en el distrito si se habían tomado las medidas oportunas para que los trabajos en el antiguo hospital de la Cruz Roja no afectasen a la actividad diaria de este, ante lo que aseguraron que "estaba todo estudiado".