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La fiscal delegada de Violencia sobre la Mujer de Málaga, Flor de Torres, aseguró ayer que el hombre acusado de acabar con la vida de su expareja en la localidad de Torremolinos, a la que supuestamente dio 30 puñaladas y degolló, actuó «de forma escalofriante» y pidió a los miembros del jurado que «no descataloguen este crimen como violencia de género, porque lo es».

Los jurados recibirán hoy el objeto del veredicto. La Fiscalía de Violencia contra la Mujer de Málaga pide 25 años de prisión por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, al igual que la acusación particular, que representa a la familia de la víctima, y la Junta de Andalucía. La defensa dice que es un delito de homicidio con atenuante de alteración mental. «Es un crimen de género», incidió la fiscal, quien señaló que la víctima, profesora en Torremolinos, «no pudo ejercer la libertad de decidir» porque «en media hora la asesinaron con alevosía y ensañamiento», recordando las manifestaciones del acusado durante la investigación del caso en las que dijo que sacó el cuchillo estando ella girada y quiso «asegurar su muerte».

Incidió en que el acusado «no aceptó la libertad de ella», que había roto la relación tres meses antes de los hechos, por lo que ha concluido que «el móvil es la violencia de género», apuntando que «no hay un delito que atente más contra todos los derechos fundamentales» como el que se realiza contra las mujeres por ser mujeres.

La fiscal se refirió a los exámenes realizados al acusado, ratificados en la sesión de ayer, en los que los forenses descartaron que el hombre tenga alguna alteración mental, tan sólo síntomas de depresión y una reacción vivencial a la ruptura con su pareja que «no lo encauza bien», pero sin que esto le altere su capacidad de comprender y actuar en consecuencia. También aludió a los trabajadores sociales, que en esta sesión definieron al procesado como una persona con «un fuerte impacto emocional».