Los abogados de la Costa del Sol con clientes ingleses lo tienen claro: la salida, en los próximos dos años, del Reino Unido del espacio común de la Unión Europea tendrá graves consecuencias para ellos en todos los órdenes jurisdiccionales. Así, será más difícil divorciarse, los detenidos británicos deberán ser extraditados, con lo que el proceso se complica, no se tendrá derecho a recuperar las deducciones por el Impuesto de Sucesiones y recuperarán mucho menos de lo que invirtieron, además de que los autónomos y empleados británicos de empresas españolas tendrán que pedir, como todos los extranjeros, los permisos de trabajo y residencia.

Francisco Javier Faura explica que a sus clientes ingleses les preocupa mucho la variabilidad de la moneda. "Cobran en libras y pagan en euros mis pensionistas, por lo que ya han perdido un 10% de poder adquisitivo", indica, para recordar que cuando la corona noruega subió un 35% tanto rusos como noruegos empezaron a comprar casas "como locos" en el litoral.

Todos estos aspectos podrán limarse o atenuarse en los dos años que quedan de negociaciones por delante, por lo que estas opiniones son provisionales hasta que se establezcan los mecanismos de salida concretos.

En cuanto al tema de extranjería, ahora los extranjeros tendrán que "renovar su tarjeta de residencia cada cinco años con lo que eso supone. Antes, con su pasaporte y el NIE no debían tenerla, pero ahora tendrán que pedir los antecedentes penales y garantizar que, como cualquier otro extranjero, tienen ingresos económicos suficientes para mantenerse".

Este letrado recuerda que muchos matrimonios ingleses que se casaron en las islas se han divorciado en España y era, merced a los convenios de la UE, relativamente fácil inscribir la sentencia española y hacerla cumplir en el Reino Unido. "Ahora tendrán que elevar a público el documento ante un notario, ir al Ministerio de Asuntos Exteriores o a las embajadas de que se trate para que se autentifique el documento. Cada paso será un coste".

También habla de las transferencias entre bancos de ambos países. Hasta ahora, debían dar la autorización pero no se controlaban esos flujos. Ahora, lo normal es que haya controles, con lo que la circulación de capitales, señala Faura, será muy complicado "por los aranceles".

Carlos Cómitre explica que muchos de sus clientes británicos que hicieron inversiones en la Costa del Sol en libras las están recuperando en euros y ahora, al convertirlas a su moneda, "la suma será mucho menor". "No son iguales 100.000 euros de hoy que los de ayer". Tras el periodo transitorio de dos años, las comisiones por transferencias, indica ratificando la opinión de Faura, se redujeron con los convenios de la Unión Europea. "Van a recuperar menos dinero por el cambio de moneda y comisiones que volverán a aplicarse".

También señala que hace un año y medio el Tribunal de la Unión Europea obligó al Gobierno español a aplicar las mismas deducciones en el Impuesto de Sucesiones a ingleses y españoles, y muchos británicos recuperaron esas deducciones tras hacer una declaración complementaria a Hacienda. Ahora, esas deducciones no se aplicarán. "A todo eso se suma que para abrir un negocio un inglés en la Costa del Sol debe pedir permiso de trabajo y residencia, al igual que ocurre con los empleados ingleses de empresas españolas. Y esos permisos se los darán o no. No sabes la cantidad de autónomos ingleses que hay en la Costa del Sol", precisa. Ahora, las gestorías tendrán más trabajo.

También afectará en el tema penal, explica Guillermo Jiménez. "Esto tiene afección en el tema inmobiliario, sobre todo, pero también en Penal. Cuando detienen aquí a los ingleses por órdenes de busca y captura de tribunales británicos, se entregan directamente, sin extradición. Ahora, habrá que acudir al proceso de extradición", muy tortuoso.