La Fundación General de la Universidad de Málaga (FGUMA) inauguró este lunes el curso de verano «La reforma constitucional a debate», en el que varios expertos abordarán uno de los temas que marcan la agenda de los partidos políticos y de los medios de comunicación. «Se trata del tema de nuestro tiempo y lo va a seguir siendo a lo largo de la legislatura que ahora empieza, en la que todos esperamos que se produzca una estabilidad política», señaló Benigno Pendás García, director del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales y codirector del curso junto con el decano de la Facultad de Derecho, Juan José Hinojosa.

El objetivo de estas jornadas es que los asistentes adquieran referencias, a través de las ponencias de distintos especialistas en la materia, que les proporcionen una mayor capacidad para reflexionar y poder tratar en profundidad cuestiones de gran importancia como la reforma de la Constitución. Pendás destacó que «la reforma constitucional es una posibilidad abierta, porque no hay constituciones eternas», pero indicó que «no se pueden dar saltos al vacío», ya que dicha reforma debe ceñirse a unos requisitos «de carácter formal y político» que rigen la convivencia de los ciudadanos.

No obstante, apuntó que «muchos profesionales piensan que los valores y principios esenciales de la Constitución del 78 siguen siendo perfectamente válidos». Además, insistió en que es necesario «abrir un proceso de reflexión y de negociación política» para llegar al consenso entre posiciones de distinta ideología, como ya se hizo en la promulgación de la vigente Constitución.

Tras la conferencia inaugural a cargo de Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, consejero permanente de Estado y ponente constitucional, el catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Pompeu Fabra Marc Carrillo abogó por una reforma constitucional del modelo territorial «si se quiere» que Cataluña permanezca en España. Carrillo centró su intervención en la modificación de la Carta Magna en torno al modelo territorial, haciendo especial alusión a Cataluña e insistiendo en la necesidad urgente de reformar la Constitución para adaptarla a la realidad actual y no correr el riesgo de que el texto pierda legitimidad. «Si se quiere que Cataluña pertenezca al resto de España hay que afrontar este reto, porque no es irrelevante que cada 11 de septiembre en la fiesta nacional de Cataluña se manifiesten casi dos millones de personas reivindicando que quieren irse», aseguró.

La solución que propuso Carrillo pasa por hacer una reforma que aúne algunas características del modelo federal incorporando en ese marco de modificaciones una disposición adicional que diera un «tratamiento singularizado y diferencial» a Cataluña. De esta manera, la disposición aseguraría competencias para todas las comunidades autónomas y en el caso especial de Cataluña, algunas importantes como Educación, Cultura, Servicios Sociales y Organización Territorial.

Por último, el ponente mostró su preocupación por la situación política que han dejado los resultados de las últimas elecciones, ya que la reforma constitucional que propugna demandaría del apoyo de tres quintas partes del Congreso y del Senado. «Eso significa un acuerdo amplio, no sólo entre quien ha ganado las elecciones con minoría y el principal partido de la oposición, y al mismo tiempo, si se trata de dar una solución para Cataluña, es evidente que requiere el concurso de los partidos catalanes, sean o no independentistas», señaló.

Tras la intervención del catedrático Carrillo se celebró una mesa redonda con directores de los medios de comunicación de Málaga (José Manuel Atencia, Cadena Ser; Carmen Beamonte, Canal Sur; Antonio Méndez, Málaga Hoy, Manuel Castillo, Sur; y Juande Mellado, La Opinión de Málaga), donde se destacó el papel que deben jugar los medios de comunicación como canalizadores de este debate. En este sentido, Mellado argumentó la dificultad de acometer ahora una reforma constitucional con un parlamento fragmentado y con unos medios de comunicación que defienden también líneas de diferentes de qué es lo que hay que reformar. «La Constitución del 78 ha funcionado bien, sigue vigente y para iniciar una reforma constitucional antes se necesita que exista un proyecto común, que haya un consenso mayoritario y que se sepa qué es lo que se pretende conseguir. Ahora no hay esa unanimidad, no hay capacidad de diálogo entre las fuerzas políticas e iniciar este debate podría aumentar la amplia brecha social y política que existe», afirmó.