Anestesiólogos, ginécologos y pediatras, en mayor medida, pueden sentir algo parecido a las especies en peligro de extinción. El envejecimiento de la plantilla médica en Málaga es ya una realidad y afecta especialmente a la pediatría. Se estima que hasta un 43% de los profesionales de este colectivo, unos 127 de los 295 que actualmente están en activo, dejarán de estarlo en tan sólo una década. En concreto, durante este año seis sanitarios abandonarán el sistema, 53 lo harán en un lustro y otros 68 en el plazo de diez años. Pero estos datos no se alejan demasiado del resto de las áreas, así de los 230 anestesiólogos malagueños, 42 se retirarán hasta 2021 y 55 de los 249 ginecólogos que están prestando servicio en este momento.

El elevado número de jubilaciones comienza a preocupar mucho a profesionales y colegios. Y es que un 35% de los doctores, 2.369 de los 6.780 que ahora ejercen en la sanidad malagueña, cumplirá 65 años antes de que finalice 2026. Una tendencia que poco a poco se irá confirmando y que retirará a casi la mitad de los médicos en sólo quince años. Eso sí, aunque la edad de jubilación estipulada son los 65 años, en ocasiones, se prolonga hasta los 67 dependiendo, entre otras cosas, de la especialidad e, incluso, los hay que tras superar esa cifra se resisten y siguen atendiendo a pacientes en consultas privadas.

Málaga dispone de un total de 7.780 colegiados médicos. De ellos, unos mil están ya jubilados y otros 3.000 han superado ya los 50 años. Asimismo, en lo que va de año ya se han incorporado al registro de la institución 278 profesionales, que se suman a los cerca de 7.600 colegiados con los que cerró el pasado 2015. Aunque los datos no reflejan distinción alguna entre los que trabajan en la pública y la privada, una gran parte de ellos está vinculada al SAS. «Es una cifra para reflexionar y eso debería hacer la administración. Este colectivo ha estado sujeto a unos vaivenes bruscos, con momentos en los que el exceso de profesionales, unido a los contratos precarios, provocó la huida de muchos fuera de la provincia y del país, y otros complicados por la falta de facultativos en algunas especialidades», explica el presidente de los médicos de Málaga, Juan José Sánchez Luque.

Según las cifras de colegiados que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE), Andalucía cuenta con 384,5 médicos por cada 100.000 habitantes, lo que la sitúa como la segunda comunidad española con la tasa más baja, solo por detrás de Castilla la Mancha y muy por debajo de la media nacional de 464. Y, mientras tanto, los médicos recién graduados tienen que optar por marcharse o aceptar, en el mejor de los casos, contratos temporales y parciales. «No podemos seguir permitiendo que ningún médico formado aquí tenga que irse por no encontrar trabajo o las condiciones sean pésimas, porque los vamos a necesitar pronto. O se trabaja para fidelizar al médico joven o, por el contrario, habrá que traer especialistas de fuera», asegura Sánchez, quien considera que la solución pasa por contratos estables, oposiciones anuales y concursos de traslado ágiles.

La organización colegial de Médicos de España cifra en 3.000 los profesionales que han pedido en el último año el certificado de idoneidad, documento exigido para trabajar en el extranjero. En este sentido, el presidente apunta que la sanidad privada local «ha ralentizado» de alguna manera la fuga. Ya que, a su juicio, la apertura de nuevos centros en la provincia, por parte de grandes empresas, posibilitó la incorporación de un elevado número de jóvenes a la plantilla de dichas instalaciones.