El cabecilla de la red ofrecía a personas con deudas y escasa solvencia crediticia el dinero que precisaban a un tipo de interés usurero

Seguidamente falsificaba la documentación relativa a los datos personales, económicos e incluso adicionales necesaria para solicitar el préstamo y así, presentaba nóminas, I.R.P.F., vida laboral, movimientos bancarios y el contrato de compra venta del vehículo -todos falsos- para conseguir los préstamos

Entre los arrestados están dos peticionarios que aceptaron la falsificación de sus datos para solicitar los préstamos

Cinco personas han sido detenidas por su presunta implicación en los delitos de falsedad documental y estafa a través de préstamos personales para la adquisición de vehículos de segunda mano. Entre los arrestados hay dos peticionarios que aceptaron la falsificación de sus datos para acceder a la financiación bancaria. Según las pesquisas, los investigados defraudaron 30.700 euros a dos entidades bancarias de la capital mediante tres préstamos.

Según ha informado hoy la Comisaría Provincial de Málaga, la operación Campesino arrancó con la denuncia presentada por el director de una entidad que se había percatado de que una persona que hacía de intermediario para su sucursal había pedido un préstamo para la adquisición de un coche de segunda mano mediante documentación falsa.Tras las primeras indagaciones, la Policía Nacional pudo determinar que todos los documentos eran falsos y que la persona que los presentó había solicitado otros préstamos de similares características en otra entidad. Más adelante, los agentes descubrieron que tras esta actividad se encontraba una red criminal formada por tres personas, entre ellas el cabecilla de la red -el prestamista-, el intermediario y el vendedor.

El prestamista ofrecía la posibilidad de obtener dinero a un tipo de un interés usurero a personas endeudadas y de escasa solvencia mediante préstamos personales obtenidos con documentación falsa (nóminas, I.R.P.F., vida laboral, movimientos bancarios y el contrato de compra venta del vehículo). Para no exponer su propio capital, falsificaba los cauces legales para acceder a préstamos bancarios. "Todo esto a cambio de una contraprestación económica que venía a sustituir los intereses de usura del prestamista sin que, además, este expusiera en ningún momento su dinero", añade la policía en un comunicado. Para dar apariencia de solvencia al peticionario ante la entidad correspondiente, el principal investigado falsificaba todos los documentos necesarios para avalar la operación, salvando además la valoración de riesgo de la entidad de crédito. Durante los trámites en la entidad financiera, el mediador acompañaba en todo momento al peticionario para dirigir su actuación. Una vez otorgado el crédito, la transferencia destinada al pago del vehículo era ingresada en la cuenta corriente del vendedor que, inmediatamente después de recibir el importe por la falsa venta, lo extraía en su totalidad y lo entregaba a la red a cambio de un porcentaje económico.