Aunque con tasas algo inferiores a las de 2015, la economía malagueña y andaluza mantienen unas buenas perspectivas de crecimiento para 2016 debido, entre otros factores, a la fortaleza de la demanda interna (encabezada por el aumento del consumo de los hogares) y a las subidas de actividad que están registrando todos los sectores productivos. Así lo afirmó ayer la entidad financiera Unicaja a través del último informe de Analistas Económicos de Andalucía, su gabinete de estudios, donde se estima una subida del PIB del 2,7% para el conjunto de la comunidad en 2016 y del 3% en el caso de Málaga. La provincia malagueña se mantendría así, junto con Almería, a la cabeza de las expectativas de crecimiento dentro de la región.

El consejero delegado de Analistas Económicos de Andalucía, Francisco García Navas, y la coordinadora de informes, Felisa Becerra, dijeron que con la actual coyuntura se puede hablar de un «moderado optimismo» en cuanto a la evolución de la economía, aunque reconocieron que la gran lacra en la comunidad continúa siendo su alto nivel de paro.

El informe «Verano 2016» presenta expectativas casi similares a las de su anterior estudio, publicado en abril. Desde entonces, la perspectiva de crecimiento en Andalucía se ha rebajado en tan sólo una décima por una cierta moderación en el crecimiento de la actividad industrial y constructora y un menor empuje de la demanda interna sobre lo previsto hace unos meses. En el caso de Málaga, que ha cubierto el primer semestre con un alza del PIB del 3,5% sobre el mismo periodo de 2015, la perspectiva para el conjunto de 2016 sigue invariable en el 3%.

García Navas y Becerra se mostraron «satisfechos» con el ritmo de crecimiento, aunque reconociendo que serían necesarias tasas superiores para poder reducir en mayor medida las altísimas cifras de desempleo que sigue soportando la región. «El paro está bajando, pero tiene que seguir bajando», apuntaron. En todo caso, sí constataron que, tras unos primeros meses de 2016 que presentaban una desaceleración respecto a 2015, los indicadores de mayo y junio en el plano laboral han vuelto a mostrar repuntes.

De momento, la previsión es que en este 2016 el empleo crezca en Andalucía un 2,8%, situándose la cifra de ocupados en 2,8 millones. Los mayores incrementos relativos se darán en la industria (4%) y en el sector primario (3,8%). El sostén principal del mercado laboral sigue siendo, no obstante el sector servicios, que crecerá un 2,7% y que acapara más de tres cuartas partes del número de ocupados y reúne el 70% del PIB.

Bajada del paro. El incremento del empleo, unido al mantenimiento de la población activa, hará que el desempleo baje este año un 6,1% en Andalucía hasta situarse en 1,19 millones de personas, lo que equivale a 77.300 desempleados menos que en el promedio de 2015. La tasa de paro en el promedio de 2016 se colocará en la región en el 29,6%, casi dos puntos por debajo de la de 2015. No obstante, el desempleo a nivel andaluz estará 9,5 puntos por encima de la media nacional prevista (20,1%). A nivel provincial no hay previsión en este apartado, aunque cabe recordar que en Málaga, la tasa de paro se sitúa algo por debajo de la media andaluza.

«Crecer como lo estamos haciendo no es para quejarse, aunque hay que seguir abordando en este tiempo las reformas estructurales necesarias para no mantenernos en la periferia», comentó García Navas en relación a la economía española. También destacó, en el caso de Málaga, la mejora de indicadores inmobiliarios o de creación de empresas. «¿Es para estar satisfechos? Yo diría que sí», dijo. Por su parte, Becerra señaló que es preferible crecer «a tasas no tan elevadas pero que sean sostenibles a medio plazo» para evitar posibles riesgos de nuevas crisis. «Los crecimientos de antes no volverán a verse. Éste de ahora es quizá un crecimiento más equilibrado por actividades productivas», explicó.

Los responsables de Analistas declinaron pronunciarse sobre los posibles efectos del brexit en la economía española alegando que el momento es todavía «muy incipiente». Con respecto a la situación política en España, señalaron que la actual incertidumbre no se ha traducido en efectos negativos. «La economía española sigue tirando con su propia inercia. Lo que está pasando en el contexto político tampoco es preocupante, lo cual no quita que sea recomendable no alargar los periodos de incertidumbre», apuntaron.