Ana Castillo llega a la cita en la iglesia descalza y con la cara radiante: «He hecho la promesa de ir descalza cada vez que vaya a la iglesia, se lo prometí a la Virgen del Carmen si la enfermedad de mi marido salía bien», cuenta.

Como explica, el traslado de esta impactante talla desde el taller de Juan Vega hasta la iglesia de San Pío X, en La Virreina, tuvo lugar en la furgoneta de Miguel, el marido de Ana. «Mi marido al ver la Virgen dijo: si es mi madre. Y es verdad, es una mujer normal, una mujer palmillera, una mujer sufrida, no es la clásica Virgen», destaca. Ha sido esta conocida comerciante de La Palma-Palmilla la que en su tienda de ultramarinos ha ido recogiendo en un cubo de fregar kilos y kilos de monedas de céntimos de euro. La generosidad de cientos de vecinos, aunque no abunde el trabajo en la zona, ha hecho posible la talla de la Virgen del Carmen, que mañana saldrá sobre las 8 de la tarde de la parroquia de San Pío X, después de una misa que comenzará a las 6.30 de la tarde. «El recorrido durará unas dos horas y media, pasará por La Virreina, 26 de febrero, La Palmilla y las casas mata», resume Carlos Torres, al frente del grupo parroquial que ha hecho posible este pequeño milagro que por cuarto año recorrerá las calles del entorno.

«Esto empezó porque aquí no había nada y queríamos que hubiera una imagen para que las abuelas volvieran a la iglesia, en la que tenemos un Cristo crucificado, pero no estaba la Virgen, que atrae a la gente porque el sábado la iglesia está llena», cuenta Pedro Torres, hermano de Carlos y también miembro del grupo parroquial.

La talla ha sido obra de Juan Vega, antiguo vecino del barrio y a quien Carlos Torres le dio catequesis en la parroquia. Como cuenta emocionada Ana Castillo, la noche antes de la bendición de la imagen echaron en falta que el Niño Jesús tuviera sandalias, así que su hijo José Miguel las hizo en un par de horas, «y el broche está hecho de una lata de cocacola».

Pero hay más detalles que Ana nunca olvidará: «Tengo otro hijo que estuvo preso por tres sacos de aguacates y le echaron dos años y medio. Yo iba para La Palma a comprar y le dije: Ay virgencita mía, tú vas a sacar este año a tu niño y el mío, ¿cuándo lo vas a sacar? A las cinco de la tarde, el día de la procesión, me llamó mi niño que le daban el tercer grado. Son tantas cosas...».

Como explica Carlos Torres, la iniciativa ha contado con el respaldo del padre Andrés, el trinitario a cargo de la parroquia.

«Yo no era muy de estas cosas, pero a mí me ha terminado de convencer. Y es verdad que dices: la Virgen quería venir sí o sí porque las cosas han salido todas rodadas», reconoce Carlos.

La imagen procesionará en el antiguo trono de traslado del Cautivo, cofradía que junto al Prendimiento colabora con el grupo parroquial. Sesenta hombres y mujeres de trono lo portarán e irá acompañado por la Banda Sinfónica de la Trinidad.

Una red con deseos. Además, como novedad este año unos niños portarán una gran red de la que colgarán cartulinas para que los vecinos escriban sus peticiones. También habrá rezos muy especiales durante la procesión: «En cinco puntos se leerán cinco textos del Evangelio y cinco reflexiones en torno a la figura de la Virgen, y cada una de ellas enfocada a los dolores del barrio: la droga, el desempleo, la gente excluida...

Banderolas de la Virgen del Carmen cuelgan ya de las farolas de La Palma-Palmilla para recibir mañana a la que muchos vecinos llaman con simpatía la Virgen del Cobre, porque ha sido tallada céntimo a céntimo.