­Como ya hiciera en su proclamación como presidente de la Diputación hace justo un año, el presidente de la institución provincial, Elías Bendodo, centró ayer amplia parte de su intervención en el debate del Estado de la Provincia en una reivindicación permanente del consenso como principal atributo para llegar a acuerdos en una corporación que se compone, por primera vez, de cinco partidos. Ayer, este anhelo se culminó con un ofrecimiento de suma importancia y que puede cambiar la realidad de la Diputación, cuando el presidente popular tendió la mano a todos los partidos para que se integren en el equipo de gobierno.

Justificó Bendodo su decisión en la dimensión cercana de la economía y de la tecnología, asegurando que la provincia se encontraría en un momento clave para dar el salto de ser una tierra llena de oportunidades a adentrarse definitivamente en la vanguardia a nivel nacional. Escenificó su anhelo dibujando a Málaga como una provincia que, si todos los partidos demuestran «altura de miras», tiene potencial para convertirse en la tercera provincia más importante de España si «todos estamos juntos».

Este ofrecimiento llega en un momento en el que el PSOE lleva dos semanas amagando con la posibilidad, ficticia o no, de plantear una moción de censura en la Diputación para desbancar al propio Bendodo, que gobierna en minoría gracias al acuerdo de investidura alcanzado con Ciudadanos y del que el PP aseguró haber cumplido ya el 80 por ciento de los puntos acordados. «Tenemos que estar todos juntos para lograr que Málaga se convierta en el tercer eje después de Madrid y Barcelona», manifestó el presidente popular, convencido de que «Málaga está viviendo su mejor época de la historia».

Debate entre PP y PSOE. Cuando el formato de este debate, en pleno monográfico, no ofrece mucho lugar al suspense, como era de esperar, los momentos de máxima tensión dialéctica se vivieron entre el presidente popular y el portavoz del PSOE, Francisco Conejo, que dieron buena muestra de que entienden la política como hipérbole y dibujaron dos versiones diametralmente opuestas de la única realidad que parecen tener en común, que es la provincia de Málaga.

Así, Bendodo, el único sin limitación de tiempo en su discurso, basó su intervención en defender el consenso como base para llegar a acuerdos en una institución sin mayoría absoluta, el futuro en la necesidad de seguir luchando contra el desempleo y en seguir avanzando en proyectos como la senda litoral, el Basque Culinary Center o la construcción de un centro dedicado a la figura de Bernardo de Gálvez. «Conseguimos el acuerdo unánime de todos los grupos para sacar adelante el nuevo plan de inversiones financieramente sostenibles. Este plan de inversiones permitirá realizar 185 proyectos presentados por los ayuntamientos, con una inversión de 24,4 millones de euros», aseguró Bendodo. Resaltó la gestión de su equipo de gobierno y llegó a asegurar que «la provincia está mejor que hace un año». Con la intención de seguir mejorando en infraestructuras y proyectos, el último responsable de la Diputación confeccionó una mirada atrás a lo logrado en este año, resaltando, en este sentido, la consolidación del Caminito del Rey como principal atractivo turístico de la provincia o la senda litoral que, según aseguró, ya ofrece más de 100 kilómetros. Apuntando ya casi en redondo al PSOE, pidió que se vuelva a debatir acerca de cuáles son los asuntos de interés general en la provincia y no de las «entradas de los toros y de la cafetería».

Fue el propio portavoz socialista, quien se encargó de ofrecer una enmienda a la totalidad al discurso de Bendodo, al que culpó de caer en la «autocomplacencia» y de representar el «inmovilismo» al frente de la institución. En resumen, para Conejo este primer año se ha caracterizado por ser «una espiral de escándalos», que habría alcanzado su cenit en la política de contrataciones.

En la sucesión de intervenciones, el portavoz de Ciudadanos, Gonzalo Sichar, habló de un año de «luces y sombras», aunque aseguró que «el balance que hacemos es positivo». En este sentido, dio muestras de su voluntad por seguir ofreciendo «estabilidad a la Diputación». Por su parte, los portavoces de IU y Málaga Ahora, Guzmán Ahumada y Rosa Galindo, respectivamente, se mostraron especialmente sensibles con que la mayoría social se está quedando atrás. «¿Dónde está la recuperación para los 80.000 parados de la provincia que lo son de larga duración?», se preguntó Ahumada.