La Policía Nacional ha detenido en Granada a tres personas como presuntos responsables de la muerte del hombre cuyo cuerpo fue hallado el martes calcinado, amordazado y maniatado en la parte posterior del monte San Antón, en la zona este de la capital. A pesar de que la Comisaría Provincial de Málaga se negó una vez más a corroborar las detenciones, fuentes cercanas al caso sí confirmaron a Europa Press que los arrestados son dos adultos que pasarán hoy a disposición judicial y un menor que fue entregado ayer a la Fiscalía de Menores. Tal y como adelantó La Opinión de Málaga el jueves, las pesquisas se habían trasladado desde el primer día a la provincia granadina, de donde procedían la víctima y el vehículo que fue hallado no muy lejos del cadáver.

La rapidez con la que se identificó el cuerpo y los clarísimos indicios que la Policía Local encontró nada más llegar al lugar de los hechos han permitido al Grupo de Homicidios de la Policía Nacional resolver un caso que al principio, por la forma en que se encontró el cadáver, les hizo pensar en un ajuste de cuentas. Sin embargo, a medida que las pesquisas avanzaban, un robo que se les fue de las manos ha ganado peso como posible móvil del crimen, reconocieron ayer fuentes próximas a una investigación que tras los arrestos se centró en cómo, cuándo y a manos de quién murió la víctima antes de que le prendieran fuego.

El hallazgo se produjo poco antes de las diez de la mañana por un hombre que inspeccionaba su parcela. Tras comprobar que un árbol que había en un camino había sido partido por un vehículo que había dejado rodaduras, se percató de que de un hoyo en el que quería plantar un olivo salía humo. Cuando se acercó, encontró el cuerpo calcinado de un hombre. Estaba bocarriba, amordazado, maniatado por la espalda y con las rodillas flexionadas.

Poco después de avisar a la Policía Local, cuyos agentes usaron un extintor para evitar que el cuerpo siguiera consumiéndose, otro vecino encontró en el fondo de un terraplén el coche que también ha sido clave para resolver la investigación. Los agentes creen que el ocupante u ocupantes del vehículo se deshicieron del cuerpo y huyeron precipitadamente del lugar por un camino que no conocían, ya que éste finaliza abruptamente en un bancal del que no fueron capaces de sacar el coche y huyeron a pie dejando tras de sí un rosario de evidencias.