Por un amigo sacerdote en Facebook la madrileña Maite Arriola conoció la existencia de los Astilleros Nereo de Pedregalejo. El año que viene comienza el cuarto curso de Ingeniería Naval, en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Navales de Madrid. Maite confiesa que eligió la especialidad «porque me gustaba la ingeniería y todo lo artístico y las opciones eran o diseño industrial o navales, que estudias el mar».

Así que esta joven, aficionada al buceo, que practica sobre todo en Canarias, se embarcó en los estudios navales y el pasado mes de julio decidió poner rumbo a los astilleros de Pedregalejo. Se llevó una gran sorpresa.

«Yo me decía que por lo menos estaría en un sitio bonito, pero me pondrían haciendo fotocopias y mi asombro fue que el primer día, Alfonso Sánchez-Guitard, de Astilleros Nereo, me preguntó: Cómo quieres enfocar tus prácticas. Desde el principio hizo una lista y ha sido una estancia supercompleta», destaca.

La llegada de Maite ha propiciado la firma de un convenio educativo entre la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), que incluye la Escuela de Navales, y los astilleros por el que los estudiantes matriculados en la UPM podrán realizar prácticas en Nereo, así como realizar trabajos fin de grado, fin de máster, proyectos fin de carrera o tesis doctorales.

En el caso de la futura ingeniera naval, durante el mes de prácticas ha realizado los planos y la maqueta de bote Adela, modelo Marengo de 1971, «pero ha evolucionado el diseño», apunta Alfonso Sánchez-Guitard; ha calafateado la réplica de una embarcación fenicia y ha llevado la espaílla de una barca de jábega en una travesía con los miembros de un campamento de verano.

«Se ha imbuido de todo lo que es la cultura marítima de Málaga», resume Alfonso Sánchez-Guitard, que recuerda que además ha podido conocer las historias y técnicas de hombres del mar como Pepe Molina o Fernando Dols.

Maite Arriola se ha convertido en una firme defensora de los astilleros, cuya continuidad peligra por el proyecto de paseo marítimo que lo atravesaría: «Por lo valioso que es esto para un ingeniero naval, que estudiamos las raices de nuestra carrera, debería mantenerse aunque fuera simplemente como apoyo académico para todos los que estudiamos Ingeniería Naval. Sería un burrada quitar los astilleros y privarnos de ese derecho de aprender», argumenta.

Esta misma semana, el Consejo de Estado suspendía por tercera vez por tres meses el rescate de la concesión de los astilleros, mientras recaba informes para dilucidar su situación jurídica.

Como explica Alfonso Sánchez-Guitard, «nuestra concesión no está dada por Medio Ambiente, como los Baños del Carmen sino por Fomento, el título de la concesión se guía por la Ley de Puertos y eso implica que no terminará en 2018 sino en 2025, por la prórroga que se da cuando se modifica esta ley. Por eso hemos ido al Consejo de Estado».

Además, la Audiencia Nacional ha admitido a trámite el recurso que cuestiona el deslinde, a juicio de responsable de los astilleros un asunto primordial para impedir que la veterana instalación sea demolida.

Nereo sigue además con la construcción de la réplica del bergantín Galveztown de Bernardo de Gálvez y explora la posibilidad de unos cursos de formación de carpintería de ribera de la Junta, con apoyo de la Diputación, que permitirían, con 15 alumnos, finalizar la réplica para noviembre de 2017.