­«Está siendo el peor verano» es la frase más repetida por todos los responsables de los sindicatos sanitarios de la provincia. La crítica a los «insoportables recortes» del SAS es unánime y todos coinciden en asegurar que, si no se toman medidas acordes a la demanda asistencial, la sanidad en Málaga puede vivir sus horas más bajas. Rafael González, responsable de Sanidad de CCOO en Málaga, hace balance del mes: «Han aumentado las demoras en los centros de salud y los colapsos en Urgencias han pasado de ser puntuales, como ocurría en veranos anteriores, a ser muy frecuentes». En definitiva, describe un panorama «bastante negativo» como consecuencia de «los numerosos recortes en el capítulo de sustituciones de personal», que repercuten directamente en la calidad asistencial que reciben los pacientes.

Prácticamente similar es la imagen que percibe su homólogo del Sindicato de Enfermería Satse, Juan José Sánchez, quien señala que, a diario, la institución está reflejando, a través de las múltiples denuncias que viene lanzando, que «este es el peor verano que se recuerda». «La asistencia está saturada y con menos recursos humanos que nunca. Está claro que la masiva afluencia de ciudadanos ha desbordado las previsiones que había hecho el SAS», decía.

En cuanto a la evolución, Sánchez confirmaba que Satse considera improbable que «la situación, ya crítica, mejore este mes cuando se han cerrado aún más camas» (en el Clínico ya son 92).

En ese sentido, Antonio Martín, presidente del Sindicato Médico de Málaga, se mostraba tajante al afirmar que las previsiones del SAS «han sido nulas y los recursos ínfimos, despreciando tanto a los usuarios como a los profesionales». Y, ante la respuesta de la administración, explicaba que «es cierto que con la presencia de un enfermero y un sólo médico, la asistencia está garantizada, pero la cuestión es el tiempo de espera y que las condiciones no son igual de dignas que el resto del año». «No se trata de alarmar, estoy hablando de forma objetiva y la realidad es que las condiciones son peores que otros años», mantenía. Todo ello, según Martín, mientras asistimos a «un nuevo récord de afluencia en los hospitales, lo que está provocando una situación desastrosa», criticó. Así, aseguró que los primeros días de agosto en el Clínico han sido «un caos» y que las previsiones de cara al resto del mes no son nada esperanzadoras. Al contrario, alerta de la posibilidad de que durante los próximos días de Feria la situación sea aún más complicada e irreversible: «Se puede convertir en una auténtica trinchera». Y es que, para él, los servicios de Urgencias «se llevan la peor parte porque son el desagüe de la sanidad, el punto débil». Además, el líder sindicalista recordó que las quejas no proceden únicamente de los profesionales en activo y aludía al manifiesto leído esta misma semana por los facultativos jubilados, a las puertas del Colegio de Médicos de Málaga, en una iniciativa sin precedente que parece confirmar las tesis de los sindicatos.

El secretario de Organización de FSP de UGT, Juan Miguel Contioso, destacó, también, «la excelente labor de los profesionales» frente a «la mala gestión de la administración» que, a su juicio, niegan continuamente la falta de medios e intentan tapar la realidad. Así como «el interés de la sanidad privada en denostar a la pública» con la intención de obtener mayor beneficio económico.

Por su parte, el SAS, que en varias ocasiones ha tenido que reconocer picos de frecuentación sobre todo en los servicios de Urgencias de los hospitales de la capital, insiste en señalar que «la atención está totalmente garantizada porque se han activado las medidas necesarias para que todos los pacientes tengan la asistencia adecuada». Al mismo tiempo que exigen a los representantes sindicales que «no creen una alarma injustificada entre la población» y que abandonen lo que califican de «campaña derrotista de la actividad diaria que realizan los centros sanitarios durante los meses estivales».Sin embargo, fuentes sindicales apuntan que «ante nuevos atascos, este fin de semana, la administración baraja poner a disposición más camas».