La asociación de vecinos de La Malagueta ha vuelto a solicitar para centro de salud del barrio la sede abandonada del antiguo Gobierno Militar, en el Paseo de la Farola, 6. Se trata de un edificio de los años 50 de cuatro plantas y una superficie total construida de 2.000 metros cuadrados que como informó La Opinión, el Ministerio de Defensa tiene previsto vender «a corto plazo», según refleja en su página web. Se da la circunstancia de que el Colegio de Farmacéuticos de Málaga también ha mostrado interés por adquirirlo como sede.

«Esto es lo más bonito del mundo para un centro de salud, sería lo ideal, llevamos siete años peleando por ello», declaró Lola Navas, presidenta de la asociación de vecinos de La Malagueta, que señaló que los vecinos se tienen que desplazar al Limonar para ser atendidos. Por eso, ha pedido la colaboración de la Junta de Andalucía pero también del Ayuntamiento: «El alcalde dice que no tiene nada que ver, pero se podía mover con la Junta y también me gustaría que Susana Díaz visitara La Malagueta para conocer nuestras necesidades».

Además de este equipamiento, la principal reivindicación del barrio es la mejora de la limpieza, pues la suciedad preocupa bastante a los vecinos. «En las redes sociales se pueden ver las protestas por este asunto, y eso que tenemos al alcalde como vecino», cuenta Cristóbal Morilla, de la asociación de vecinos.

Para Lola Navas, «la limpieza en este barrio deja mucho que desear y los vecinos se quejan porque tienen razón». Mientras habla, muestra alcorques llenos de basura en la calle Cervantes, charcos de agua estancada junto a contenedores llenos hasta la bandera y una barahúnda de chicles incrustados en las aceras.

La presidenta niega que La Malagueta sea un barrio privilegiado, uno de sus clichés: «Los vecinos se quejan de la suciedad y pagamos los impuestos más altos de Málaga. Este es además el paso de todos los cruceristas, todos los que vienen se pasean por el barrio y es una pena cómo está La Malagueta. Las aceras no pueden tener más porquería», lamenta.

«La zona que conoce el crucerista es la que imagen que se va a llevar y la que atraerá el turismo», subraya Cristóbal Morilla.

La asociación, que se mostró contraria a los nuevos modelos de chiringuitos de La Malagueta y La Caleta, que consideran desproporcionados, critica ahora la reciente instalación de una caseta para espetos pegada al muro del paseo marítimo, junto al antiguo merendero Antonio Martín. La causa, que a las molestias que los vecinos tendrán por los olores, hay que sumar que constituye un obstáculo visual.

«¿Esto es lógico?, este kiosco de espetos está tapando las letras de la playa de La Malagueta, lo han hecho sin consultar a los vecinos, que han llamado para quejarse», señala la presidenta vecinal. Justo delante de la caseta, por cierto, hay un telescopio turístico que se ha quedado sin utilidad. La asociación reclama que esta instalación se coloque más pegada a la playa.

También tiene quejas el colectivo vecinal sobre el mantenimiento de las zonas verdes municipales. «No se replantan los alcorques, nos dejan los tocones de las palmeras y hay parterres en los que no hay nada plantado», denuncia la presidenta.

Hotel Miramar

La asociación sí aplaude la próxima apertura del Hotel Miramar, que ya conlleva la reforma estos días de la calle Keromnes, que quedará semipeatonalizada. «El hotel sobre todo lo que va a dar es vida al comercio y lo que queremos es que dé trabajo porque por la crisis en La Malagueta se han cerrado muchos locales», señala Lola Navas. A este respecto, Cristóbal Morilla señala que «la gente con locales en este entorno está muy contenta porque se están cotizando».

Una portavoz de la Delegación de Salud de la Junta de Andalucía indicó el viernes pasado que, en la actualidad, «el compromiso es finalizar las obras iniciadas y esperar a un nuevo panorama económico y presupuestario» para abordar nuevos proyectos, aunque también declaró que con los centros de salud actuales «las necesidades están cubiertas».