­Un exempleado de Renfe en Málaga falleció ayer tras más de un año de lucha continua contra un cáncer de pulmón como resultado a una exposición continua al amianto durante parte de su vida laboral. Francisco Padilla era el primer trabajador que había logrado en vida que se reconociera su jubilación por enfermedad profesional y ahora se suma a la amarga lista de otras cinco personas que han fallecido a causa de este producto en la empresa, según Avida.

A pesar del historial médico que acarreaba este antiguo jefe de taller de 54 años, la noticia ha pillado por sorpresa a compañeros y conocidos, según informa el presidente de la asociación por las Víctimas de Amianto en Málaga (Avida) José Antonio Martín, que asegura que ya hay reconocidas seis personas que han fallecido por este motivo. El último compañero fue hace tan solo dos meses, pero sospechan que el amianto podría estar detrás de la muerte de hasta 15 personas.

El caso de Francisco surgió a raíz de una revisión periódica. Le detectaron hace algo más de un año una mancha pulmonar que resultó ser un mesotelioma, un cáncer causado generalmente por la exposición al amianto.

La enfermedad derivó en la extirpación del pulmón afectado y sesiones de quimioterapia y radioterapia para erradicar por completo la enfermedad. En este difícil proceso logró la jubilación por enfermedad profesional, todo un hito para las plataformas y asociaciones que luchan por la erradicación de este material.

Hace unos meses que él y su mujer se habían trasladado a Córdoba, su ciudad natal, para recuperarse pero hace tres días tuvo una recaída que no ha podido superar. Hoy se procederá a su incineración en Córdoba.

El caso de Francisco no es aislado. Según indica el presidente de la asociación Avida, en la década de los 80 los empleados de Renfe estaban expuestos de manera directa al amianto e incluso lo manipulaban ante el desconocimiento de la peligrosidad de este material. Entonces, el propio Francisco se dedicaba a la revisión de los aires acondicionados.

La plantilla de Renfe en Málaga no alcanza los 200 empleados y todos sus trabajadores se someten a controles médicos cada uno o dos años para ver su estado de salud, de los cuales, medio centenar lo hacen cada seis meses tras detectarles manchas en el pulmón y requieren un seguimiento más continuo, según José Antonio Martín.

La asociación Avida lucha para que retiren los techos de amianto de las naves de la empresa y ayudan a los afectados a velar por sus derechos. En la actualidad, tienen tres juicios pendientes, uno para que la familia del fallecido y antiguo trabajador de Renfe consiga una indemnización. Los otros dos son de personas afectadas que viven. Además, tienen seis casos más en los que recaban información para ir a los tribunales.