El Ayuntamiento de Málaga trabaja para que el sistema de videovigilancia que controla 15.000 metros cuadrados de ocho calles del Centro Histórico funcione a pleno rendimiento desde mañana de cara a la celebración de la Feria, algo que hasta ahora no ocurre como consecuencia del largo proceso de renovación de los 16 dispositivos que se inició el año pasado. La aprobación de los presupuestos municipales, que se retrasó hasta mayo por la negociación entre el PP y Ciudadanos, lo ha dilatado todavía más. Desde el Área de Seguridad del Ayuntamiento reconocen que el ritmo de la ejecución del contrato está siendo lento, aunque hasta el momento ya se han sustituido en torno a una decena de cámaras, por lo que según fuentes municipales faltarían seis.

Esta actuación, que inicialmente se presupuestó en unos 60.000 euros, pretende sustituir todas las cámaras tras ocho años de funcionamiento y conectarlas a un nuevo centro de control, ya que antes eran controladas en la Comisaría del Distrito Centro de la Policía Nacional que hay junto al Mercado de la Merced. Ahora, esta tarea se realizará en el nuevo Centro Integrado de Señales de Alarma y Videovigilancia (CISAVI 2) situado en el Centro Municipal de Emergencias. Estas dependencias controlan las señales de alarma, tanto de intrusión como de incendio, y de videovigilancia instaladas en los edificios municipales. La distribución será de forma que haya cuatro en las calles Larios y Especería, y otras tantas en la plaza de la Constitución. Dos de ellas se instalarán en la calle Strachan, una en Méndez Núñez, otra en la calle Granada y una más en la plaza de Uncibay, que también se orientará a Calderería, y en la plaza del Obispo. El sistema consiste en grabar esa superficie 24 horas al día y almacenar las imágenes durante el plazo máximo de un mes antes de su borrado. Sólo si hay una denuncia de un hecho delictivo, y las imágenes sirvan como pruebas, se conservan.

Denuncia. No ha tenido esa suerte M. P. S., una malagueña de 59 de años que el 21 de julio denunció ser víctima de un robo con violencia en la plaza de la Constitución sobre las 12.30 del mediodía que le dejó malherida. Las cámaras estaban desactivadas. De haberlo estado, la Policía Nacional podría tener una imagen más clara que la que obtuvieron del ratero con una de las lentes que el museo Carmen Thyssen tiene en la calle Compañía, por donde el hombre huyó con su monedero -que contenía 55 euros y varias tarjetas- después de haberla atacado por la espalda y tirarla al suelo provocándole lesiones en las piernas y en un brazo por las que tiene que ir a rehabilitación. «Me han enseñado las imágenes pero no tienen calidad, no se le ve la cara lo suficiente como para poder reconocerlo en el archivo de fotos. Ellos mismos se muestran impotentes», asegura la mujer antes de añadir que la explicación que le dieron en la comisaría era que las cámaras de videovigilancia no funcionaban.