­El paro juvenil es una de las grandes lacras del mercado laboral de la provincia de Málaga. La crisis ha elevado las cifras de desempleo en todos los sectores y en todas las franjas de edad, pero son los más jóvenes los que peor lo están pasando, ya que sus oportunidades, pese a su mayor cualificación, son escasas.

Tomando como base los datos del mes de julio, la buena noticia es que el paro entre la población menor de 25 años ha descendido un 17,4% en el interanual, situándose en 14.251 personas y manteniendo una línea de descenso iniciada ya hace cuatro años. Esta bajada está justificada en el arranque de la temporada estival, que requiere de mayor personal para el sector servicios, que es el que absorbe el mayor número de contrataciones, pero estos nuevos contratos llegan con fecha de caducidad. Según los datos recogidos en el observatorio de datos Argos, dependiente de la Junta de Andalucía, el pasado mes los jóvenes de hasta 29 años firmaron más de 26.000 contratos en la provincia de Málaga, aunque de éstos más del 95% fueron de carácter temporal. Es decir, se creó empleo en la franja de menor edad, aunque menos de un 5% tuvo carácter indefinido -que además descendió con respecto al mismo periodo del año anterior-.

El número de jóvenes con estudios superiores aumenta año tras año, pero ese incremento no viene acompañado de puestos de trabajo, y es el empleo no cualificado el que ofrece más oportunidades de futuro, aunque sea por cortos periodos de tiempo. El último informe sobre el mercado laboral entre los más jóvenes, también elaborado por Argos, señala que de los contratos realizados el año pasado a esta franja de población casi un 20% fueron para camareros asalariados, otro 9,3% fue para vendedores en tiendas y un 6,7% para peones agrícolas. Fueron estas ocupaciones además las que más crecieron en ese ejercicio, un año en el que entre las diez trabajos con más contratos para jóvenes sólo se encontraron puestos que no requerían cualificación superior.