La reparación del Convento de la Trinidad podrá comenzar a finales de este año, después de que el Ayuntamiento de Málaga haya iniciado la contratación de las obras de arreglo de este edificio histórico, muy afectado por las humedades y con importantes problemas de grietas y desprendimientos.

La actuación fue aprobada por el Consejo Rector del Instituto Municipal de la Vivienda (IMV) en abril, ante la falta de recursos económicos de la comunidad de las hermanas clarisas que vive en ese edificio. La actuación se centrará en acometer las actuaciones más urgentes para asegurar la habitabilidad del inmueble, de 1861 y realizado por Cirilo García con 2.500 metros cuadrados. Además, su situación se ha agravado ya que desde los años 80 apenas ha tenido ninguna intervención importante de mantenimiento.

Los principales problemas detectados en el estudio del edificio son grietas y desprendimientos en el hormigón que recubre algunos puntos de la fachada, y que suele ser un indicio de que la armadura que sostiene la estructura se está hinchando por la oxidación y la humedad. También se pone de relieve que los revestimientos interiores y exteriores están muy deteriorados por la humedad, en especial por la lluvia, que asciende por los muros.

Se han detectado desprendimientos en los alfeizares y albardillas, así como caídas de los recubrimientos de los techos por filtraciones de humedad. De hecho, hay algunos falsos techos de cañizo que están agrietados y deformados. Los muros de carga de las crujías cercanas a la plaza Zumaya están agrietados y también en uno de los laterales de la iglesia.

Intervención prevista

El proyecto de intervención, realizado por el arquitecto José Manuel Rey Pérez, propone el picado de los frentes de forjado donde haya grietas, eliminando capas con limpieza a chorro o cepillado para llegar a la armadura, quitar capas oxidadas y aplicar convertidor de óxido. No se descarta incorporar algún refuerzo cuando sea necesario.

Las zonas afectadas por la humedad serán picadas para eliminar el material afectado y será sustituido por mortero hidrófugo que prevenga futuras afecciones. También se revisará el sistema de sumideros y bajantes para asegurar que no haya bloqueos que acumulen el agua.

El proyecto prevé repasar los techos manchados de humedad para detectar posibles puntos de filtraciones y realizar un seguimiento de las grietas en los muros de carga, con idea de detectar algún movimiento que haga necesaria una intervención de más calado, con el cosido con resinas o grapas metálicas.

El arquitecto recomienda hacer catas previas al picado de los muros para detectar la posible existencia de pinturas decorativas ocultas y conservarlas.