­«El próximo mes de septiembre voy a pedir el regreso a mi puesto de trabajo como funcionaria del Cuerpo Superior de Administraciones Generales de la Junta de Andalucía». Con estas palabras la hasta ahora portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Málaga, Maria Gámez, anunció ayer que deja por el momento la política activa después de encabezar durante más de cinco años al principal partido de la oposición en el Ayuntamiento de Málaga. Acicalada completamente de rojo, como mandan los cánones socialistas ante los anuncios de suma importancia, insistió en que su decisión se debe exclusivamente a motivos personales, y que era el resultado de un proceso de reflexión de varios meses en el que habrían tenido mucho peso las dos derrotas cosechadas en su intento de hacerse con la alcaldía de la capital. Antes de comparecer en público, ya había avisado de su decisión al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y a la líder del partido en Andalucía, Susana Díaz.

A última hora de la tarde, la dirección provincial dio a conocer el nombre de su sucesora. Quien ha sido hasta ahora la viceportavoz del PSOE, Mari Carmen Moreno, asumirá el cargo que deja Gámez, una decisión que ayer mismo se trasladó a las concejales, a las once agrupaciones locales y a las Juventudes Socialistas. De esta manera, Moreno, con más de 25 años de experiencia en el grupo municipal socialista, se convierte en la cabeza visible del partido, a falta de que se perfile un nuevo candidato de cara a las elecciones municipales de 2019. El adiós de Gámez viene también acompañado de cambios estructurales en la dirección del grupo. Con la intención de reforzar el trabajo colectivo, además de Moreno, la cúpula estará integrada por la número tres de la lista socialista, Estefanía Martín Palop, y el número cuatro, Daniel Pérez, los dos nombres precisamente que más se habían barajado como posibles sustitutos de Gámez. Los socialistas quieren evitar ahora cualquier atisbo de crisis interna y su objetivo es centrarse en reforzar el trabajo grupo municipal y que el futuro candidato o candidata se encuentre un equipo fortalecido.

Los dos caminos que se abren ahora en el futuro del PSOE en Málaga ilustran las dimensiones de una despedida que ayer confirmó los rumores que se han ido sucediendo desde su última derrota electoral en 2015: uno habla de un paso atrás frustrado y otro de un adiós logrado. El tiempo dirá si la renuncia a la vida política de Gámez, anunciada en una sencilla rueda de prensa y camuflada entre valoraciones diversas sobre la pasada Feria, se englobará dentro de la primera vía o de la segunda.

Por lo pronto, con el abandono de Gámez se reviven escenas del pasado dentro del grupo municipal socialista, y que reflejan el trabajo lastrado por las continuas entradas y salidas de concejales que, a la luz de los resultados, no han hecho más que apuntalar al PP en la capital, desde que los populares le abarataran la alcaldía a Pedro Aparicio en 1995. Con Moreno como líder transitoria, la principal preocupación del PSOE es ahora la de poner fin a la incertidumbre generada y encontrar cuanto antes a un candidato que esté en condiciones de disputarle la alcaldía al PP.

Habrá que esperar también para ver, si acaso, la renuncia de Gámez supone un paso atrás definitivo de la política. En su despedida tampoco quiso cerrar de forma categórica una vuelta a los ruedos en lo que, a la postre, fue una última comparecencia tan definitiva como escueta. «Dejo la política para retomar mi actividad profesional como funcionaria y para compartir más tiempo con mi familia», aseguró Gámez, resaltando en todo momento que, en su caso, el adiós no se convierte en una losa pesada sino que forma parte de una manera de entender la política como «un estado transitorio».

A pesar de su insistencia y tras ratificar en varias ocasiones que su marcha se debe exclusivamente a motivos personales, el adiós de Gámez suma una nueva salida anticipada a la historia del grupo municipal del PSOE. La hasta ahora portavoz hará oficial su dimisión en el pleno de septiembre, cuando Moreno tomará el relevo, y será en octubre cuando Sergio Brenes entrará como edil al correr la lista.

Al final, resulta imposible no encontrar similitudes con la marcha de su antecesora, Marisa Bustinduy, que dejó la portavocía del grupo municipal socialista, también, tras sendas derrotas electorales frente al actual alcalde, Francisco de la Torre, y antes de que la propia Gámez se hiciera cargo de la candidatura. Entonces, con las expectativas fuertemente lastradas por el descrédito generalizado al que había sucumbido el PSOE durante el último Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.