Las primeras palabras de la última rueda de prensa dicen así: «Yo le he comunicado esta decisión a quien se la he tenido que comunicar dentro del seno de mi partido y con tiempo suficiente. Yo creo que la respetan como decisión personal. Tenemos que tomar la salida de la política como algo bastante natural. Uno entra y uno sale». María Gámez sonríe mirando a los periodistas en su última comparecencia mientras prende fuego a la relativa tranquilidad que se suele instalar en la vida política local en la semana postferia. Tal es el bajón que se produce todos los años en la actividad municipal que Francisco de la Torre incluso se permitió el lujo de desplazarse hasta Santander para atender unos cursos de verano.

Esta semana se ha confirmado lo que era un secreto a voces en el Ayuntamiento. El perfil bajo que ha mantenido Gámez a lo largo de la Feria, reduciendo su presencia en los actos hasta la mínima expresión, no era más que un último aviso de lo que estaba por llegar. Agradecidos quedaron los periódicos, tan sedientos de dramas a cinco columnas en estas fechas, como desmembrada se vio la cúpula del PSOE malagueño a primera hora del pasado martes. En orden escrupuloso, Gámez primero avisó a Pedro Sánchez y después se puso en contacto con Susana Díaz para informar a la mandataria andaluza, con la que ha mantenido una relación excelente durante todos estos años que ha durado su actividad política, que iba a dejar su cargo como concejala y portavoz en el Ayuntamiento. Bastante antes había informado ya a la dirección provincial de su partido. Francisco Conejo y Miguel Ángel Heredia habían sido informados de su voluntad por irse, pero el cuándo y el cómo se dejó en manos de Gámez. La soledad en el anuncio en sí no es más que un reflejo de lo que han sido las tensiones internas acumuladas con la dirección provincial de su partidos. Al contrario que en otras despedidas, allí únicamente estaba el número cuatro en la última lista del PSOE, Daniel Pérez, y su responsable de prensa, Francisco Quintero. «A mí me hubiera gustado que el PSOE le hubiera ganado la alcaldía al PP. Sepan ustedes que he intentado dar lo mejor de mí. Hemos puesto todo nuestro empeño. El resto de la decisión está en manos de los votantes, que tienen que considerar qué es lo mejor para su ciudad». Fue significativo que las últimas referencias estuvieran dirigidas al muro contra el que se ha estrellado en sendas ocasiones.

El peso de la derrota Lo primero que hay que saber como rival de Francisco de la Torre es si se puede confiar en su marcha o no. Lo segundo, que no. María Gámez lo ha sufrido en sus propias carnes y, aunque desde luego no es el único motivo de su marcha, se suma a la cada vez más extensa lista de candidatos socialistas que no han podido tumbar al incombustible alcalde popular. Cuando De la Torre insinúa que se va en 2019, aunque tampoco descarta del todo su continuidad, resulta apabullante contraponer los portavoces y candidatos socialistas que se han ido quemando con el frío de la oposición.

Resulta inevitable recordar, sobre todo, las similitudes entre el caso de Gámez con lo ocurrido con Marisa Bustinduy. Sus dos intentos fallidos para acceder a la alcaldía estuvieron marcados por el hecho de armar su equipo con independientes y militantes con cargos en otros organismos como la Diputación o la Junta de Andalucía. El camino ingrato en la oposición motivó a muchos de ellos a bajarse del barco en mitad de la travesía. Aunque en esta ocasión no está prevista una fuga masiva de concejales, entre otras cosas, porque en el actual grupo municipal socialista hay más ambición que en el que había entonces, y bien sirve ésta para tapar algunas fugas por lo que no se espera ninguna renovación en los concejales más allá de la entrada de Sergio Brenes. Quien ya ocupara un escaño en los anteriores dos mandatos, entra para rellenar el hueco que dejará Gámez cuando, en septiembre, renuncie de manera oficial a su acta de concejal.

Batallas internas Si se tiene en cuenta que el Ayuntamiento ha sido reflejo continuo de las batallas internas, el nombramiento de Mari Carmen Moreno responde a la necesidad de cortar cualquier amago de discrepancias entre los aspirantes naturales a hacerse con la vacante que deja Gámez. En orden de lista, habrían sido Estefanía Martín Palop y Daniel Pérez. Aunque el último apareciera acompañando a Gámez en su despedida, la dirección provincial tampoco lo ve a él como posible candidato para concurrir en 2019 y ha decidido buscar fuera lo que no encuentra dentro. Queda pues, de nuevo, la incertidumbre en el grupo municipal socialista y la manifiesta incapacidad para sacar provecho a las posibles debilidades que pudiera generar en el PP la transición de De la Torre a la, más que presumible, candidatura de Elías Bendodo.

El arte de negociar A nivel nacional, la política sigue secuestrada por los equipos negociadores. Da la impresión de que el acuerdo entre PP y Ciudadanos hace tiempo que está firmado y que lo demás es revestir todo con su debido teatrillo. Aseguran fuentes de la formación naranja, sin embargo, que en el PP creyeron, equivocadamente, que la firma de los seis puntos equivaldría directamente a un acuerdo. A los populares les cuesta tragar en las exigencias que están relacionadas sobre todo con los recortes de competencias que están vinculadas directamente con lo que se conoce como las estructuras del Estado. Designaciones en el reparto de jueces y las diputaciones son las piedras de toque que estarían generando las principales fricciones. En todo caso, todos coinciden en que la investidura de Rajoy se tiene que tambalear obligatoriamente contra el «no es no» de Sánchez. Con las elecciones vascas y gallegas en el camino, el PSOE no abandonará la ruta trazada. En el PP ya cuentan con ese peaje a pagar, pero confían en las fechas posteriores y en la creciente presión que se irá generando sobre los hombros de Sánchez. «Unas terceras elecciones serían un golpe al sistema gravísimo», dijo esta semana Soraya Sáenz de Santamaría. Entre bambalinas, sin embargo, cada vez se habla más de esta posibilidad. Quizás Gámez selle pronto para ir en unas listas.

Mijas, siempre Mijas

No hay lugar ahora mismo en la provincia donde las imágenes den tanto juego como lo hacen en Mijas. Esta semana, Elías Bendodo se desplazó al municipio para anunciar que la Diputación va a invertir en la localidad unos 142.000 euros para la instalación de sendos ascensores panorámicos. Al encuentro que estaba previsto entre Bendodo y Juan Carlos Maldonado, se sumó una amplia comitiva del PP de Mijas. Entre ellos, el exalcalde Ángel Nozal. Bien es sabido que él y Maldonado no se tragan, pero imperó la cordialidad. También se ha especulado con la posibilidad de que el PP estuviera armando una moción de censura dejando Nozal al margen. Saluda con la derecha y guarda una piedra en la mano izquierda.