Hotel o centro comercial. O todo a la vez. Esta es la única salida que encuentra la Junta de Andalucía para la antiguo sede de Correos en Málaga, situada en la avenida de Andalucía.

Seis años después de que fuera entregada a la administración andaluza como pago por la deuda histórica, sólo ha generado gastos y una estampa de abandono en la entrada del Centro. Ahora sólo puede ser destinado para uso administrativo y eso se ha convertido en una rémora que lastra su venta. Por eso, la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Andalucía ha solicitado la recalificación de este inmueble, de modo que se permita la instalación de usos hoteleros, comerciales y hosteleros. Es decir, un centro comercial o un hotel.

El delegado del Gobierno andaluz en Málaga, José Luis Ruiz Espejo, indicó que están a la espera de que el Ayuntamiento acepte esta recalificación, que haría mucho más atractivo a este inmueble para su venta. Y eso que no son pocos los ojos que lo estudian como inversión futura.

El propio José Luis Ruiz Espejo reconoció que han recibido la visita de posibles inversores interesados en la adquisición del inmueble, aunque no se ha concretado nada. De hecho, sólo se llegó a formalizar una oferta por 15 millones de euros, cifra que la Junta de Andalucía considera insuficiente.

Con la recalificación solicitada al Ayuntamiento de Málaga se espera incrementar el valor de mercado de este inmueble y atraer el interés de más inversores. Ruiz Espejo destacó la buena ubicación de este edificio para acoger estos usos. Así, espera que la recalificación urbanística del inmueble, que sume los usos hoteleros y comercial al administrativo actual, permita reactivar su venta, ya sea mediante subasta o venta directa.

Un regalo envenenado. La reclamación de la deuda histórica del Estado con Andalucía, calculada en 1.200 millones de euros y contenida en el Estatuto de Andalucía, fue uno de los ejes de las exigencias de la Junta de Andalucía con los gobiernos de Aznar, ya que hizo fortuna la política del agravio en esos años.

La entrada de Zapatero como presidente del Gobierno derivó en un acuerdo para saldar esta deuda, mediante la cesión de una serie de edificios y el pago de unos 420 millones de euros. Entre esos edificios se encontraba la antigua sede de Correos en Málaga, que había sido abandonada a principios de 2010 e incluida en esa cartera de edificios en marzo.

Desde entonces el edificio ha permanecido cerrado y sin un destino claro. Sus problemas de estructura, que obligarán a una intervención de importancia para su reparación, y su calificación urbanística para uso administrativo han frenado cualquier intento de venta. Incluso hubo un proceso de subasta para encontrar un nuevo propietario y que tuvo que declararse desierto.

Este edificio se encuentra en la cartera de propiedades que el Estado entregó a la Junta para abonar los 740 millones que le quedaban de la deuda histórica y que se pagaron en especie. Sin embargo, se ha convertido en un regalo envenenado, porque lleva seis años generando gastos en impuestos y sin haber producido ningún ingreso a las arcas andaluzas.

De lograrse la venta del inmueble, para lo que queda como mínimo un año mientras se tramita la recalificación de usos, el dinero ingresado debería destinarse a financiar servicios básicos como sanidad y educación, así como asistencia social y construcción de viviendas de protección oficial. Al menos esos eran sus objetivos hace siete años, cuando acordó recibir esta deuda.