La segunda jornada de la convocatoria extraordinaria de la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) o Selectividad, programada para ayer miércoles, se llevó a cabo sin incidentes de gran consideración, según confirmó la Consejería de Economía y Conocimiento de la Junta de Andalucía. En este sentido, el primer día también transcurrió en un ambiente de «absoluta normalidad». Al respecto tan solo transcendieron incidentes menores, como un par de erratas en los exámenes de Italiano y Alemán, solucionadas sobre la marcha.

Los futuros universitarios se enfrentaron a las pruebas de Historia del Arte, Matemáticas II, Técnicas de expresión gráfico-plásticas, Química, Electrotecnia o Literatura Universal, entre otras asignaturas. El tercer y último día, es decir, hoy, los alumnos se examinarán de Análisis Musical II, Diseño, Geografía, Latín II, Griego o Física, entre otras. Durante la tarde del tercer día se harán los exámenes para los alumnos con incompatibilidades horarias.

Tras 42 años, la prueba se despide hoy para dar el relevo el próximo año a la reválida de Bachillerato. La Lomce suprimió la Selectividad y contempla que cada universidad en España pueda establecer sus propios mecanismos.

Incertidumbre en el acceso. En estos días, la Junta indice en la «enorme incertidumbre» que este año se deriva de la implementación de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) para los estudiantes que desean entrar a la universidad. El consejero del ramo, Antonio Ramírez de Arellano, precisó al respecto que aunque este año los exámenes de septiembre se celebrarán con «normalidad», aspectos como la igualdad de oportunidades o el Distrito Único, que posibilita que los alumnos puedan elegir la carrera en el lugar que deseen, se «rompen» con la Lomce.

«Se pone en duda la obtención del título de Bachillerato al implementar la reválida, sin definir en el caso de esta etapa: aquí es especialmente grave porque el único objetivo es entrar en la universidad, y si la consecuencia es que por suspender un solo examen no tiene título ni ninguna otra salida después de dos años de estudio y aprobarlo todo, es francamente grave y un acto de dejación de responsabilidades del Gobierno de España», señaló el consejero.

Agregó que se quiebran los derechos de los estudiantes al no ser ellos los que eligen las universidades en función de sus méritos y notas con independencia de su origen o capacidad social, sino que son las universidades las que eligen los estudiantes.