Sesión muy tensa la del martes en la segunda sesión del juicio que se sigue ante el Tribunal del Jurado por el conocido como crimen de Soliva, en el que la Fiscalía acusa a Rubén G. G. de haber apuñalado supuestamente a Alejandro Osuna a las 20.00 horas del pasado 25 de septiembre de 2015 en el edificio en el que ambos vivían. La novia del procesado, en una declaración de alto voltaje por su enfrentamiento dialéctico con la fiscal, aseguró que el fallecido y unos amigos fueron a su casa tras el incidente previo que la pareja tuvo con él en el parking. «Esas personas querían ir a por mi novio, querían matarlo», dijo.

La acusadora pública llamó la atención sobre varias contradicciones entre lo que dijo ayer y lo que había explicado a la policía el día de autos, pero negó que el apuñalamiento, que le seccionó la carótida al fallecido, se produjera en el jardín, después de que Rubén G. G. persiguiera a Alejandro, sino que lo situó en la puerta de la casa, separada del patio por unas escaleras y la zona de paso. También señaló que Alejandro llamó insistentemente al portero y le dijo a su pareja: «Venga, sal, ahora vamos a hablar» y en ese momento la víctima «le dio con una piedra en la cabeza». Su compañero trató de cerrar la puerta pero no pudo porque la empujaron, y Alejandro «siguió dándole con la piedra en la cabeza».

Poco después, relató la mujer, que estaba muy nerviosa, Rubén G. G. cogió el cuchillo para echar a los asaltantes, le pidió que se escondiera y no pudo ver más. Luego, sí vio «una lluvia de piedras». La fiscal le preguntó si Alejandro le dio dos veces con una piedra en la cabeza a su compañero y si su acompañante también participó lanzando rocas del jardín, a lo que ella contestó: «Lo que sí tengo claro es que fueron a matarlo».

La acusadora pública le interrogó sobre si había fregado la mancha de sangre de la puerta, donde la pareja dice que se produjo el apuñalamiento frente a lo que sostiene el ministerio público, lo que ella achacó a lo nerviosa que estaba. Su novio, herido como estaba, también sacó algunas piedras fuera de la vivienda. «Yo estaba muy preocupada por mi novio porque pensaba que se estaba muriendo», declaró.

Una vecina declaró que vio, desde lejos, a Rubén G. G. en el jardín sosteniendo el cuchillo en posición de ataque, mientras que el vecino que acompañó a Alejandro a hablar con Rubén explicó: «Yo vi a Álex bajar y al otro detrás con el cuchillo. En las piedras, Alejandro se volvió y él fue a darle la puñalada; cogí una piedra y le dijo ´¿dónde vas, que lo vas a matar?´, y fue cuando le pegué en la cabeza. Dos de ellas sí le dieron, Alejandro se levantó y me lo llevé para arriba». Este testigo tiró la piedra, según agregó, una vez que se había producido la puñalada. «Fue a matarlo», señaló. Incluso, añadió que el acusado fue a apuñalarle a él también. Hoy continúa el plenario.