No hace muchos días se deslizó en una de las informaciones de este periódico, que como todos hasta en los más exigentes aparecen erratas pese al cuidado extremo de los redactores, uno de esos gazapos que tanto divierten a los coleccionistas de esos deslices que a diario surgen de forma involuntaria. El gazapo de referencia (yerro que por inadvertencia deja escapar el que escribe o habla) lo cacé en un suelto relacionado con la próxima inauguración del Hospital Comarcal de Ronda.

Se informaba de que para el funcionamiento había que contratar cuarenta personas entre médicos, sanitarios, administrativos y enfermos. Por supuesto que el autor quiso escribir enfermeros.

Pero salió lo de «la necesidad de contratar enfermos», algo así como pronosticar que los afiliados a la Seguridad Social de Ronda están tan sanos que hay que contratar enfermos para que los médicos y sanitarios puedan desarrollar su trabajo.

Esta errata me trajo a la memoria lo que en su día escribió el periodista Juan Carlos Reina, que fuera director de la emisora de radio de Marbella y colaborador de periódicos de nuestra provincia. Escribió, y lo hizo adrede para cantar las excelencias de Marbella, su clima y el buen estado de salud de la población, que había que importar muertos de localidades limítrofes para el cementerio recién inaugurado o restaurado. En Marbella no se moría nadie.

Premios de consolación

La errata que ahora cuento se produjo en una crónica que escribí para Ideal, cuando el periódico granadino era de carácter regional y editaba cuatro ediciones; además de la edición de la capital tenía ediciones para Málaga, Jaén y Almería.

Mi crónica estaba dedicada al acto que cada año se celebraba en el Gobierno civil con motivo del 18 de julio. Ese mismo día se celebró en El Palo el concurso de albañilería organizado por la Peña El Palustre. Por cierto, que El Palustre sigue organizando el concurso anual con gran éxito.

Por los llamados «duendes» de los talleres, las dos informaciones se alteraron, y apareció, en la de la celebración del 18 julio, con los nombres de las autoridades, representaciones de los organismos oficiales, una coletilla que pertenecía al concurso de albañilería. Decía: «Cada cuadrilla recibió un premio de consolación».

El Coto de Doñana

La errata más celebrada, y que seguramente alguien la conservará en la mente o el recorte del periódico en la que apareció, estaba relacionada con el Coto de Doñana. Fue, salvo que alguien me corrija, nada menos que en ABC. Era una crónica en la que se defendía la existencia del citado parque que entonces corría peligro por su abandono y proyectos urbanísticos que lo ponían en peligro.

El redactor destacaba los valores del coto onubense, una reserva que merecía la atención y protección urgente de los poderes públicos para su conservación. El texto se iniciaba poco más o menos así: «El coño de Doñana es una de las pocas zonas húmedas que aún se conservan en el sur de Europa, destacando su riqueza de biotopos, cada uno con su flora y fauna; alternan zonas de matorral y bosques de pinos y alcornoques; es lugar de invernada, cría y asiento de numerosas aves, como ocas, garzas, flamencos y espátulas; abundan las águilas y buitres; más de treinta especies de mamíferos€», etc.

La Sección Femenina se moviliza

A poco de finalizar la última Guerra Civil española -abril de 1939- la población española estaba desproporcionada entre varones y hembras. Al morir en la contienda miles de hombres de uno y otro bando, la población femenina superaba a la masculina. Quizás existan datos fiables de la desproporción, pero los ignoro.

El nuevo régimen, consciente de la falta de paridad o equilibrio, puso en marcha, dentro de la campaña de Auxilio Social, un plan para erradicar la mortalidad infantil, muy elevada por la escasez de alimentos y falta de atenciones médicas.

En las clases menos favorecidas el índice de fallecimientos en los recién nacidos era muy elevado. Auxilio Social, con la colaboración de la Sección Femenina, llevó a cabo una labor de asistencia a las madres gestantes y recién nacidos.

La prensa de entonces se hizo eco de la campaña que se iba a desarrollar, y en un periódico de Málaga se recogió el anuncio del plan con dos grandes titulares. Los reproduzco de memoria, y creo que los textos eran los siguientes: «España necesita hombres. La Sección Femenina se moviliza».

Viviendas para todos junto a Intelhorce

Este caso no se trata de una errata del redactor ni del linotipista. Lo aseguro porque fuimos dos los periodistas los que reproducimos las afirmaciones de un gestor de la proyectada Textil o Industrias Textiles del Guadalhorce, más conocida por «la textil».

Meses antes del comienzo de las obras de la factoría de la que ya apenas queda algo (una nave adquirida por otra industria relacionada por la confección), un miembro de la empresa celebró en el Parador de Turismo de Gibralfaro una rueda de prensa, limitada en este caso por dos periodistas: Francisco Lancha por Sur y el autor de estas líneas por Radio Nacional e Ideal.

Entre mis papeles debe de andar perdida la información que publiqué en Ideal; la de Paco Lancha, que falleció hace un par de años, estará en el archivo del citado periódico.

Entre las noticias que nos facilitó en torno a la gran empresa (varios miles de trabajadores en sucesivas fases) nos anunció que la empresa iba a construir cerca de la factoría tantas viviendas como trabajadores. Naturalmente este anuncio lo destacamos en los titulares de la información.

A los dos días de la publicación recibimos una nota de rectificación: iba a construir viviendas junto a la fábrica, pero no una por cada trabajador.

Era demasié tantas viviendas€, pensando que las perspectivas de la empresa era alcanzar los cuatro mil trabajadores. No fue errata de empresa, sino ligereza del directivo de la misma.