­Las larvas de mosquitos han vuelto a la desembocadura del Guadalhorce. Los últimos controles realizados en la zona han descubierto nueva presencia de larvas en puntos aislados de las lagunas de la desembocadura del río, según pudo saber ayer este periódico. La causa puede estar en las lluvias registradas durante la pasada semana en la capital malagueña, que han favorecido su proliferación, que se detectó este lunes pasado en las visitas rutinarias que realiza el personal de la Junta con el Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Málaga y la empresa contratada para el control de las larvas, que en estos últimos meses han provocado numerosas quejas en los barrios cercanos al Guadalhorce por las continuas plagas de mosquitos.

Aunque la presencia de larvas detectada no es muy numerosa, ya se ha comenzado a actuar para su control y la próxima semana se llevará a cabo otra inspección para comprobar si los tratamientos están dando resultados. Las actuaciones en las zonas donde se detectan las larvas es con tratamientos mediante la diseminación del Bacillus Thuringiensis subs. Israelensis (Bti), muy efectivo y sin los efectos secundarios de los pesticidas químicos.

La Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Málaga están trabajando desde principios de este año en el control de los focos de mosquitos en el entorno del río Guadalhorce y los barrios colindantes, como Parque Litoral y Guadalmar. La situación de continuas plagas y sus afecciones sobre la población hizo incluso que se contactará con la Diputación de Huelva para contar con el asesoramiento de técnicos especializados en el control de mosquitos para tratar de determinar las causas y la forma de erradicar su presencia.

Desde el comienzo del verano, cuando la situación se agravó por la llegada del calor, se intensificaron las labores de vigilancia y control, aunque han sido varias las plagas que han afectado a los habitantes de los barrios cercanos.

Las larvas detectadas al arranque de esta semana son las primeras que se han localizado, no obstante, al menos durante el último mes, ya que los análisis realizados por la empresa Athisa el pasado septiembre concluyeron que no había larvas y que la presencia de mosquitos era muy escasa. En aquel último control se tomaron pruebas en unos doce puntos de la desembocadura con resultados negativos.