­Quien haya ido a las playas de la capital a lo largo del pasado verano habrá podido comprobar la presencia de natas en el agua. Así, ayer se celebró la primera mesa técnica de Emasa, integrada por los grupos municipales en el Consejo de Administración y las asociaciones de consumidores UCE, Al-Andalus y Facua, una reunión en la que el gerente de la empresa, Juan José Denis, afirmó que se están haciendo estudios para averiguar la procedencia de esas natas en la costa, aunque aseguró que el origen no está en las instalaciones del saneamiento municipal.

El origen, por contra, podría deberse a diversas causas tales como la configuración orográfica de la costa malagueña, las mareas o los tipos de algas que proliferan en nuestro litoral. Denis expresó que el mantenimiento en óptimas condiciones de las playas y aliviaderos constituye una preocupación primordial de la gestión de la entidad.

Asimismo, informó a los asistentes sobre las diferentes soluciones técnicas que se podrían aplicar para el tratamiento de las aguas pluviales cuando se producen precipitaciones, soluciones que actualmente están en fase de estudio y que supondrían una gran inversión económica que requiere del consenso municipal, así como, en su caso, de financiación externa.

Además, se puso de manifiesto la necesidad de ampliar las instalaciones actuales de depuración de Málaga mediante la construcción de una tercera depuradora que recoja las aguas de municipios próximos como Alhaurín el Grande o Cártama.

Denis también expuso a los asistentes una presentación en la que se detallan las instalaciones de la entidad dedicadas a la recogida, transporte, tratamiento y depuración de aguas residuales hasta su vertido a cauce público en las condiciones admitidas por la normativa medioambiental.

Los miembros de la mesa pudieron conocer, entre otras cosas, los tipos de redes que existen en Málaga, las distintas instalaciones por las que se produce el vertido de aguas depuradas al mar, la influencia de las mareas y el Levante en el estado del mar, así como el trabajo que realizan las estaciones depuradoras y las de bombeo. Incluso, sobre la existencia de sensores en todos los puntos de vertido y aliviaderos, capaces de detectar atoros en tiempo real.