­El mercado inmobiliario continúa confirmando en este 2016 nuevos síntomas de repunte de actividad aunque las ventas de viviendas siguen estando muy sostenidas por ciudadanos extranjeros e inversores nacionales que abonan las operaciones al contado frente a un comprador nacional que aunque ya empieza a animarse sigue bastante agazapado, según vienen confirmando los colectivos de constructores y de agentes de la propiedad inmobiliaria. Casi el 40% de las compras de inmuebles en la provincia las realizan foráneos, según las cifras del Ministerio de Fomento en este 2016. Las estadísticas del INE confirman este panorama: dentro de la tendencia a la reactivación, el comprador local que busca una primera residencia y recurre a financiación tiene ahora el mismo peso que el perfil de inversor que viene con el dinero en mano, cuando en la época del boom inmobiliario (e incluso en los primeros años de la crisis) ese porcentaje representaba entre el 80% y el 90% de los compradores.

Entre enero y agosto se realizaron así un total de 17.976 ventas de viviendas en Málaga pero sólo se firmaron 9.156 hipotecas, lo que equivale a decir que sólo el 50,9% de las transacciones se hicieron recurriendo a un préstamo bancario, en línea con las bajas tasas de los últimos años aunque unos puntos por encima ya de las que se firmaron en los ejercicios de 2013, 2014 y 2015, que dejaron en este apartado suelos con porcentajes de entre el 45% y el 47%.

El sector cree que mientras el paro no descienda de forma sensible en Málaga será muy complicado el retorno del cliente local, clave para normalizar el mercado. El desempleo ha bajado en los últimos tiempos, pero la tasa de paro aún se sitúa en Málaga en un elevado 25,2%. El empleo que se está generando, además, es de carácter muy precario: casi el 95% de los contratos que se firman cada mes en Málaga son temporales.

El presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) de Málaga, Cayetano Rengel, viene afirmando en estos meses que el comprador malagueño sigue «muy retraído» y recuerda que, pese a que la firma de hipotecas se viene incrementando casi un 50% desde los suelos históricos de 2013 y 2014, los bancos siguen poniendo altos requisitos.

«Percibimos algo más de aperturismo en relación a otros años pero no tanto como ellos dicen. Sigue siendo muy difícil para un comprador el obtener la hipoteca. Al margen de una cierta estabilidad laboral, les suelen pedir en muchas ocasiones el aval de familiares», comentaba recientemente. Las condiciones se suavizan, eso sí, si la vivienda que interesa al comprador pertenece a la cartera del propio banco.

Lo que sí revelan en todo caso los datos de las hipotecas firmadas este año es que los precios empiezan de nuevo a subir. El préstamo medio en Málaga se sitúa en este 2016 en unos 121.400 euros, cuando en los años de la crisis se llegó a caer por debajo de los 110.000 euros. Siguen a una distancia enorme, claro está, los valores previos a la crisis, cuando el precio de las viviendas estaba por las nubes y, además, los bancos recurrían a sobretasaciones para dar el 100% del valor del piso. En el 2007, justo antes de el estallido de la burbuja inmobiliaria, la hipoteca media alcanzó de esta forma un máximo histórico de 165.000 euros. Ahora, los bancos otorgan como máximo el 80% del valor tasado de la vivienda.