­El pleno del Ayuntamiento de Málaga volvió a ser ayer un deja vu, algo ya visto, y repetido incluso, donde por tercera vez se volvieron a escuchar las mismas ideas, los mismos argumentos y las mismas controversias sobre dos temas que parecen enroscados en un bucle: el futuro del Astoria y el de los suelos de Repsol. Milagrosamente faltó un tema igualmente recurrente en las sesiones plenarias, como es Limasa.

Por tercera vez, el pleno instó al equipo de gobierno a llevar a cabo la demolición «inmediata» del inmueble del Astoria-Victoria. Las posiciones fueron las mismas que en las veces anteriores, es decir, toda la oposición instando a la demolición, y enfrente el equipo de gobierno rechazando la iniciativa.

La cuestión central es saber si se puede derribar o no el inmueble en estos momentos. La última palabra la tiene la Junta de Andalucía y en concreto la comisión de Patrimonio, que es quien debería autorizarlo o no. La razón es que la manzana se encuentra dentro del perímetro del Pepri Centro (Plan especial de protección y reforma interior del Centro), por lo que cualquier actuación debe contar con el informe preceptivo de la comisión de Patrimonio. En este caso concreto la autorización para la demolición sólo sería concedida si el inmueble fuese declarado en ruina (cosa que no es posible) o si tuviese licencia para levantar un nuevo proyecto constructivo. En esto se basa el PP para rechazar una demolición inmediata.

La Junta no se compromete. El PSOE defiende que la Junta estaría dispuesta a aceptar la demolición con un proyecto transitorio y de bajo impacto.

La Junta, sin embargo, no afirma ni niega. No se compromete. La delegada de Cultura, Monsalud Bautista, en declaraciones a La Opinión, señaló ayer que es «el propio planeamiento urbanístico del Ayuntamiento el que impide que sea derribado sin el respaldo de un proyecto» y confirmó que «sólo puede ser derribado con un proyecto, o cuando se trate de causa de ruina inminente, que debe ser respaldado por el informe de un técnico ya que no se puede dejar un solar vacio en una de las manzanas más relevantes de Málaga».

Sin embargo, Bautista rechazó pronunciarse sobre si la Junta admitiría el derribo con la presentación de un proyecto transitorio. «Por razones obvias no voy a opinar sobre algo que no es una realidad ni transitoria ni definitiva ya que hasta la presente la delegación de Cultura no ha recibido ningún proyecto», concluyó.

De esta manera, el derribo inmediato del edificio, pese a la aprobación del pleno, tiene todos los visos de quedar en el limbo dado que la realización de un proyecto transitorio debe ser obra de la Gerencia de Urbanismo, por encargo el equipo de gobierno que no lo hará al estar en contra. Será así otro proyecto que se encone y eternice sin una solución definitiva a corto plazo.

Consulta de Repsol. Es el caso de la consulta ciudadana sobre los suelos de Repsol. El pleno rectificó ayer al PP. Si el pasado 25 de octubre los populares decidieron unilateralmente disolver la mesa para la consulta de los suelos de Repsol, ayer el pleno corrigió esa decisión y decidió, gracias a los votos del bloque de izquierdas y la abstención de Ciudadanos, que la mesa para la consulta vuelva a convocarse.

«Ustedes (el PP) ya no tienen mayoría absoluta para imponer sus decisiones», les recordó a modo de resumen el portavoz de IU Málaga para la Gente, Eduardo Zorrilla. De este modo la moción, firmada por PSOE, Málaga Ahora e IU Málaga para la Gente que reclamaba volver a reunir la mesa por la consulta salió adelante, frente a la posición del equipo de gobierno, que se mantuvo en su postura de que la mesa ya no es necesaria pues la consulta «es inviable económica y jurídicamente».

Para el triunfo de la propuesta fue decisiva la abstención de Ciudadanos, que dejó sólo al PP con sus 12 votos (el concejal Julio Andrade estaba ausente), frente a los 15 que suman los tres grupos del bloque de izquierdas. La abstención de Ciudadanos es a modo de «protesta», según explicó su concejal Alejandro Carballo, que criticó que no se quiera buscar una solución que acabe «con este culebrón». Carballo, no obstante, defendió la gran zona verde para Repsol y acusó al PP de ser «los únicos que no negocian ni hacen nada, sólo se enrocan en su posición de o torres, o nada».

Los portavoces del bloque de izquierdas repitieron sus argumentos de la actitud «antidemocrática» del PP de disolver la mesa y acusaron al alcalde de no querer dar la voz a los ciudadanos, pues «tiene miedo de que en la consulta no salga lo que usted quiere y sí, un gran parque», le dijo la portavoz socialista, María del Carmen Moreno.