­Si la pasada noche de Halloween te cruzaste en el Muelle Uno con un demonio con fuerte acento francés seguramente era Hamid Hakkar, el peligroso líder de un grupo de sicarios que trabajan al servicio de organizaciones vinculadas al narcotráfico y uno de los criminales más buscados de su país desde que en 2013 no regresara de un permiso a la cárcel de Annœullin (norte de Francia) en la que cumplía condena por asesinato. Más conocido como Julio por peinarse como el cantante español, Hamid fue sentenciado a quince años por la muerte de Momo Boubetra, un camello del suburbio parisino de Aubervilliers que murió de siete disparos en 1996. Con un largo historial por tráfico de drogas, Julio también es muy conocido en Francia por su gran habilidad a la hora de fugarse, ya que la prensa gala hace referencia a episodios similares durante su juventud o en la prisión de Villepinte en 1998, donde se hizo pasar por el hombre que le había visitado para escaparse. El temor fundado de las autoridades penitenciarias les llevó a cambiarlo de cárcel 27 veces en cinco años.

Sin embargo, la fuga más sonada es la que protagonizó un amigo suyo en 2003 en la prisión de Fresnes y por la que Hakkar fue condenado en 2010 a dos años más de cárcel por ser uno de los ideólogos y financiaros del golpe. Un comando armado integrado por cinco personas asaltó la prisión para liberar a Antonio Ferrara Succo, un experto en robar furgones blindados condenado a ocho años. Un equipo de asalto equipado con armas automáticas hizo explotar uno de los muros de la cárcel junto al que se encontraba Ferrara, encerrado en una celda de aislamiento gracias a un conflicto que había provocado intencionadamente. En apenas 15 minutos, el grupo armado franqueó las vallas de la cárcel. Protegido por el fuego de metralletas que apuntaban a las garitas de los guardianes, uno de los asaltantes derribó una puerta metálica con un lanzagranadas y después voló otra puerta interior. Una vez en la celda de Ferrara, dinamitaron los barrotes de la ventana para escapar.

Costa del Sol

Tres años ha durado la aventura de Hamid Hakkar huyendo de las autoridades francesas hasta que la pasada noche de Halloween fue localizado en una fiesta en el Muelle Uno. Sin embargo, la investigación de la Policía Nacional apunta a que no ha perdido el tiempo. Un registro domiciliario realizado a mediados de mes en la capital permitió a los investigadores hallar un «kit de sicario» formado por dos armas de fuego, un silenciador y numerosa munición de distintos calibres, además de ocho móviles, 5.000 euros en efectivo y documentación falsa. Las primeras gestiones determinaron que estos efectos podrían pertenecer a un sicario francoargelino asentado en la provincia de Málaga con identidad falsa y reclamado por las autoridades francesas por homicidio, tráfico de drogas y blanqueo de capitales.

Finalmente, la operación policial explotó la pasada noche del lunes al conocerse que Hakka, aprovechando la festividad de Halloween, asistiría a una reunión con otros miembros de la organización en la zona de ocio del puerto de Málaga con el objetivo de trasladarle a otro piso franco. También fueron detenidos dos hombres españoles de 30 y 34 años por presuntamente darle cobertura y cobijo.