­La escopolamina es una droga usada, fundamentalmente, con fines delictivos. El organismo la absorbe rápidamente a través del intestino y su efecto es rápido: la víctima queda a merced del agresor, sin voluntad propia, actuando como un autómata. Pese a que se sospecha que ha habido decenas de casos en todas las zonas costeras españolas, fundamentalmente relacionados con la administración de la droga para la anulación de la capacidad de elegir de la mujer a la hora de mantener relaciones -violaciones y abusos-, sólo hay un positivo confirmado en España, que se dio en Palma de Mallorca el pasado mes de septiembre. Una mujer denunció a su exmarido por proporcionarle esta sustancia para perjudicarla, sin fines sexuales.

La ecuación se complica porque la detección de la droga por vías médicas ha de ser rápida, pues la burundanga desaparece de la sangre y la orina entre 12 y 24 horas después de su ingesta. Según explicó el forense José Manuel Burgos, del IML, en una conferencia sobre la escopolamina dada en julio de 2011, esta sustancia provoca sumisión en la víctima y la deja con una amnesia absoluta sobre lo sucedido.

Incluso, alertó de que «se estaba dando mucho» en Puerto Marina con el fin de agredir sexualmente a mujeres.

«Se suministra muy rápido, añadiéndoselo a la víctima en la bebida», dijo. Cuando los efectos de la droga pasan, «el perjudicado no recuerda nada y, cuando sospecha y acude al médico, el tóxico ya no se detecta», dado que la droga desaparece completamente entre las 12 y las 24 horas posteriores a su ingesta.

Además de los asuntos de fondo sexual, se han dado casos en todo el mundo de su administración para atracar o robar a alguien y, en países como Colombia, se usó para anular la voluntad de la víctima de un secuestro exprés, normalmente turistas extranjeros a los que los criminales se acercaban con un mapa abierto, impregnado de burundanga, les preguntaban por una dirección y los perjudicados inhalaban la sustancia. Incluso, la CIA usó esta droga como suero de la verdad para las declaraciones de detenidos en guerras y operaciones secretas. El consejo básico es no aceptar tabaco, comidas ni bebidas de extraños en locales nocturnos, vigilar los vasos y evitar poner en contacto la nariz con telas o pañuelos.