Según la psicóloga Mónica Valverde las fases de un divorcio son cuatro, de las cuales la segunda no requiere asistencia psicológica. En la primera , el margen de error es bastante amplio y en el tercero de los casos, el éxito es casi absoluto.

AYUDA

1. Las parejas comienzan a darse cuenta de que existe un problema e intentan solucionarlo

En esta primera etapa empiezan a llegar la desilusión y los conflictos a la relación y ambos miembros comienzan a plantear la ruptura. En esta fase del proceso de separación algunas parejas deciden solicitar asistencia psicológica, según Mónica Valverde, con el fin de hacer un último esfuerzo por conservar la relación. El objetivo de las terapias en este caso es recuperar la visión positiva del otro, se trabaja la comunicación y se busca llegar a acuerdos. Es necesario que ambas personas se comprometan a cumplir las necesidades del otro. «En el caso de la terapia de pareja en relación a otras como, por ejemplo, la terapia para la depresión, el porcentaje de éxito es muy bajo». Esto, según la especialista, se debe a que uno de los componentes del matrimonio se encuentra en una situación muy cercana a la segunda de las fases del divorcio: la toma de decisión. En el caso de que ambos miembros estén de acuerdo en que existe un problema, el resultado positivo es bastante rápido. En cuestión de un mes ya comienzan a verse los primeros resultados.

TOMA DE DECISIÓN

2. Tras un tiempo se decide poner fin a la relación y comienza el duelo

En este caso, cuando ya se ha tomado la decisión y comienza a gestionarse la separación o nulidad matrimonial, los miembros implicados no suelen consultar a psicólogos, aunque tengan hijos. El motivo, aclara la profesional, es porque «ellos piensan que cuando se separan, los problemas van a acabar». El problema, añade Valverde, es que los conflictos o el duelo se mantiene mucho más tiempo de lo que la persona imaginaba en un primer momento, por lo que se vuelven a plantear acudir a un especialista.

ADAPTACIÓN

3.«Por muy bien tomada que esté la decisión del divorcio siempre conlleva cambios»

Tras el divorcio pueden suceder varias cosas: la relación con los hijos cambia, el rol de padre o madre puede verse afectado e, incluso, la comunicación con su anterior pareja se ve resentida. Los hijos comienzan a comportarse de forma distinta tras el divorcio. «Las personas suelen esperar algunos meses e incluso un año a ver si la situación se soluciona pero, al ver que la cosa no cambia necesitan acudir a un psicólogo».

TERAPIA

4. La solución al problema cambia en función de si hay hijos o no

En el caso en el que haya hijos de por medio el objetivo principal es reducir el conflicto y mejorar la comunicación. «En la medida de lo posible es necesario que ambos progenitores muestren una imagen limpia del otro», comenta Mónica Valverde. Resulta necesario que los miembros de la pareja puedan ponerse de acuerdo en relación con la educación de sus hijos, que haya consenso a la hora de ponerles límites. En el caso de las separaciones en las que no hay hijos, la mayoría de las veces es solo uno de los miembros del matrimonio el que acude a consulta. «La persona se encuentra bloqueada y no consigue continuar con su vida». En este caso, se trabaja la autoestima y los objetivos vitales de la persona. «Es como que no han entendido lo que ha pasado y no consiguen continuar con su vida», explica Mónica Valverde. En este caso, el porcentaje de éxito es bastante alto: «Una vez que se supera ese duelo, todo va sobre ruedas», concluye la psicóloga.