­La Junta Provincial de Policía Judicial trató en su reunión de la semana pasada la práctica que se ha dado en llamar sumisión química, es decir, cuando un delincuente anula la voluntad de otra persona usando una droga con el fin de abusar o agredirla sexualmente, robarle o secuestrarla. Aunque hay diferentes sustancias que pueden lograr ese objetivo, en los últimos años se ha puesto de moda la llamada escopolamina, conocida popularmente como burundanga, fundamentalmente para la comisión de agresiones sexuales, dado que las perjudicadas luego no recuerdan nada de lo sucedido. La Policía Nacional investigó el pasado verano 10 denuncias al mes por la supuesta utilización de esta sustancia, según fuentes de toda solvencia.

Las fuentes hablan de «supuestos» casos porque esta droga está rodeada de muchos mitos y, de hecho, el primer caso documentado del uso de esta sustancia en España no se dio hasta septiembre de 2016, cuando una mujer mallorquina de 36 años fue atendida al estar bajo los efectos de la escopolamina suministrada por el exmarido con el fin de perjudicarla -no había fines sexuales-.

Esta droga, según el médico forense José Manuel Burgos, del Instituto de Medicina Legal de Málaga, provoca la sumisión en la víctima y la deja con una amnesia absoluta sobre lo sucedido. Se suministra, además, rápidamente en la bebida pero también se puede hacer a través de la comida, cigarros, perfumes, billetes o pañuelos, explicó este experto en una ponencia dictada en el marco de los cursos de verano de la Universidad Internacional de Andalucía en 2011.

Además, la droga, usada por la CIA con el sobrenombre de suero de la verdad para hacer hablar en los interrogatorios a los arrestados en escenarios bélicos, desaparece completamente del organismo entre las 12 y las 24 horas posteriores a su ingesta, por lo que sólo análisis rápidos de orina o sangre pueden detectarla. La mujer mallorquina presentaba, cuando acudió al hospital, síntomas tales como las pupilas dilatadas, un discurso incoherente y una gran confusión, así como visión borrosa y deambular inestable. El análisis de orina no detectó sustancia estupefaciente alguna, pero al hacerle una cromatografía de gasas acoplada a espectrometría de masas, una prueba mucho más avanzada y moderna, sí dio positivo en escopolamina.

Por tanto, actuar rápido cuando una persona llega al servicio de Urgencias presentando estos síntomas y sin acordarse de nada, es vital para determinar el uso de burundanga. En 2011, algunos empresarios de Puerto Marina alertaron de que podía estar usándose la burundanga para la comisión de violaciones y en marzo de 2013 la policía detuvo a dos hombres que anulaban con drogas la voluntad de mujeres que conocían en redes sociales con el fin de agredirlas sexualmente en fiestas posteriores. Sin embargo, los expertos desecharon en este último caso el uso de la burundanga.

Pese a todo, las fuentes explican que la policía ha investigado una media de una denuncia cada tres días durante el pasado verano por hechos similares, aunque añaden que la mayor parte de las mismas posiblemente no se deba a la administración de la burundanga. «Hay que tener en cuenta que no se trata sólo de agresiones sexuales a mujeres que denuncian que les han suministrado esta droga, sino que también se habla de personas cuya voluntad fue anulada para que firmaran cheques, para robarles o llevarlas a un cajero y sacaran dinero. Eso sí, parte de esos casos pueden ser falsos porque los engañados pueden usar la burundanga como argumento defensivo», aseguran.

Lo normal es que los afectados presenten una sensación de vacío, cansancio, con la conciencia de haber pasado un sueño muy profundo y una amnesia sobre lo ocurrido en las horas anteriores. «Durante unas horas, no son dueñas de su voluntad», precisan, y añaden que, si en poco tiempo no se hacen los análisis de orina y sangre, jamás se halla la huella analítica.

Así, el comisario de Marbella, Enrique Lamelas, propuso la necesidad de elaborar un protocolo para que en dependencias policiales los agentes puedan detectar rápidamente los síntomas que produce esta sustancia y se les derive rápidamente a los servicios hospitalarios de Urgencia para someterlas a las correspondientes pruebas, aseguraron las fuentes. En la elaboración de ese protocolo, aún en fase embrionaria, por tanto, se implicarían no sólo las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, sino también las autoridades judiciales y la Delegación de Salud de la Junta de Andalucía, con la que ya habría habido conversaciones informales.

De hecho, fue en la pasada Junta de la Policía Judicial cuando se habló por primera vez de este tema y ya se está estudiando. En el caso de los robos, se especula con que haya bandas organizadas.