­Tres mil metros cuadrados de estanterías, palets y contenedores repletos de esperanza. Así comenzaba hace cuatro meses un camino hacia las despensas de las familias malagueñas más desfavorecidas, una ruta que tendrá como punto de inflexión el último fin de semana de noviembre y que tiene como nombre la «Gran recogida de alimentos 2016».

A día de hoy el espacio solo está ocupado por un silencio que parece gritar a los 2.300 voluntarios que llegarán los días 25 y 26. Cerca de 700.000 kilos de productos no perecederos deben ocupar un espacio ahora vacío.

Primero, tuvieron que ponerse en contacto con los 342 establecimientos que tienen previsto participar en el gran acto solidario previo a la Navidad, cuenta el vicepresidente de Bancosol, Joaquín Jiménez. La fecha, consensuada entre los distintos bancos de alimentos de todo el país, ha pillado desprevenidos a muchos locales que aún buscan voluntarios, especialmente en la zona de la Costa, según relata Jiménez. «Donde estamos pasando más dificultad es en Fuengirola, Mijas, Marbella, Algarrobo y Vélez». El responsable destaca que aunque ya se ha conseguido la participación del 80% de las personas necesarias, aún siguen buscando candidatos que pueden contactar vía telefónica a través del 674 34 25 48 o por medio de la web o redes sociales con el banco de alimentos de Málaga. «Por mucho que lo intentemos siempre nos pilla el toro pero al final siempre se consigue», sentencia de un modo casi rotundo.

La recogida se hará a lo largo de la jornada laboral de los comercios. De nueve a nueve. «Son tres turnos de cuatro horas por lo que cada supermercado requiere seis turnos», explican desde Bancosol, al tiempo que se afanan en recalcar que su labor se realiza todos los días del año y que el próximo evento es solo un acto puntual.

«A lo largo del año estamos atendiendo a más de 50.000 personas a través de 220 asociaciones aunque a mí me gusta llamarlas asociaciones de barrio», recuerda Joaquín Jiménez, que nombra algunas de las entidades con las que colaboran. La recogida previa a la Navidad supone solo un 18% del volumen total de alimentos que Bancosol consigue repartir cada 365 días.

«Llevamos dos meses sin poder distribuir nada de leche», se lamentan desde la entidad y piden que este año la recogida se centre en productos infantiles, aceites o conservas. «Aunque estamos abiertos a todo, pasta y arroz que son los productos más recurrentes, gracias a Dios aún tenemos».

Una vez que se recogen los productos, estos inician un viaje hacia el almacén de 3.000 metros cuadrados donde comienza una tarea oculta para la mayoría de la sociedad. «Es una tarea muy bonita», explica Joaquín Jiménez, que comenta que durante 40 días habrá grupos de voluntarios clasificando todos y cada uno de los alimentos que lleguen a sus manos.

A partir de este momento y mes a mes, las asociaciones van recibiendo los alimentos que tienen un tiempo límite en el almacén de más de 120 jornadas. «Se trata de dar 370 gramos de alimentos persona/día», comenta Jiménez, que asegura que esta no es la única actuación que se lleva a cabo desde Bancosol que desde hace un tiempo ha puesto en marcha varias iniciativas que tienen como objetivo la reinserción laboral. «El pasado año conseguimos que más de 70 personas lograran un puesto de trabajo y eso es algo que nos hace muy felices», destaca el responsable de la entidad con una voz que derrocha alegría.

Bancosol recibe tres veces al año ayudas procedentes de la Unión Europea que se reparten con la Cruz Roja. Los alimentos que llegan suponen un 25% de todo lo que distribuyen cuando llegan al duodécimo mes del año.

Está a punto de llegar un gran reto a la provincia de Málaga. Un acto solidario que permitirá llenar los 3.000 metros cuadrados ahora vacíos. Una ruta solidaria que se inicia mucho antes de depositar un paquete de arroz o un cartón de leche en la caja de un establecimiento. Un acto casi imperceptible y un tiempo de trabajo visible cada vez que alguien recibe uno de los alimentos que llevan camino recorrido y que portan esperanza.