­­­Tras diecisiete años ayudando a mujeres víctimas de violencia de género desde los despachos del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), Gálligo profundiza en las relaciones de pareja con su nuevo título, Mejorando mis relaciones interpersonales, una apuesta por la autonomía emocional.

En su libro alerta de la importancia de tener relaciones «sanas». ¿Cómo de fundamental es tenerlas para evitar casos de violencia de género?

Cada vez veo más enfoque en conductas condenables y negativas, que aunque son necesarias para que las mujeres y chicas jóvenes sepan diferenciar las relaciones sanas de las destructivas, creo que lo más importante es trabajar desde la más tierna infancia las relaciones interpersonales basadas en el respeto y la libertad, en la familia y en la comunidad. Convendría que a nivel educativo se pusiera énfasis en las relaciones cooperativas, solidarias y colaborativas. Sería una buena vacuna para evitar vandalismo gratuito, bulliyng, o malos tratos.

Muchas veces se apuesta por medidas cortoplacistas. ¿No cree que habría que trabajar a largo plazo?

Sí, hace falta un cambio de modelo desde la más tierna infancia, la educación no se puede hacer pensando en el corto plazo. Es imprescindible e insustituible de las familias, desde el nacimiento de los bebés y luego a la comunidad, la sociedad enseñará de forma complementaria, pero es importante no empezar a educar a los 12 o 13 años, sino a los 2 o tres años porque cada vez la adolescencia empieza antes y acaba más tarde, es fundamental que las familias eduquen desde el modelo positivo, con sus propias conductas. Una cosa es lo que se dice y otra lo que se ofrece. Los niños y las niñas aprenden por imitación, influye muchísimo el entorno y las conductas de los adultos.

Ayuda a las víctimas desde el punto de vista más íntimo. ¿Ha notado un cambio en el perfil de la maltratada?

Por una parte se ha notado un cambio en la edad, que ha bajado. Cada vez vemos chicas de menor edad, tenemos desde hace cuatro años un programa de asistencia a chicas de entre 14 y 17 años. Pese a eso, nos han llegado casos de 11 y 12 años. Además de haber bajado y de haber aumentado el número de casos, está influyendo mucho el uso de las nuevas tecnologías, que se utiliza para controlar, hacer chantaje emocional, maltrato hacia la pareja. Ocurre más en las generaciones más jóvenes, que son nativas digitales, la forma de control está muy globalizada, el efecto se expande muchísimo. Persiste la sensación de que son conductas normalizadas, los chicos no piensan que sean conductas punibles, esa sensación de impunidad hace que continúen de esa manera. También ha cambiado en cómo se forman las parejas. Ahora cada vez se hace de forma más precipitada, a la semana o al mes se consideran pareja, la evolución es muy rápida.

¿Por qué las nuevas generaciones han normalizado estas relaciones?

En sus grupos iguales de edad lo hacen indistintamente, de forma generalizada. Piensan que es lo normal y, por tanto, a la hora de hacerlo y sufrirlo no lo ven negativo, el uso de las nuevas tecnologías cada vez más pronto ha abierto un debate social. ¿Hasta que punto es contraproducente que tengan móvil y acceso a internet desde tan jóvenes? Son edades en las que todavía no hay mucho autocontrol y formación, muchas familias tienen menos conocimiento que sus hijos.

Siempre alertan de que no hay dos mujeres iguales pero, ¿existe un denominador común?

Siempre hay un continuo proceso más o menos rápido de control de dominio y manipulación se llegue o no al maltrato físico, previamente está el verbal y emocional, son relaciones desiguales y con faltas de respeto y de libertad en la toma de decisiones. También suele haber una sobrevaloración y mitificación de la pareja, del amor, sobre todo de las víctimas, suelen tener una necesidad del emparejamiento. Pensar que estar en pareja te va a garantizar la felicidad situando el tema de la satisfacción personal en el exterior y en la pareja. La diferencia es que en generaciones jóvenes suelen reaccionar antes sin necesidad de pasar muchas décadas como es el caso de mujeres más mayores.

Pese a que la sociedad evoluciona, hay muchas similitudes en casos de malos tratos con diferencia de un siglo. ¿Por qué?

Se siguen perpetuando ideas sobre el amor, los celos, la pareja... En eso poco se ha mejorado y evolucionado, se sigue dando importancia excesiva al tema del emparejamiento, hay una presión social como el estado ideal o la situación a alcanzar frente a otros muchos modelos. También se falla en la formación y el crecimiento personal en autoestima, las habilidades personales y la dependencia emocional. Es necesario tener independencia emocional, económica y funcional, es fundamental para ser libre se tengan o no relaciones de pareja.