El Gobierno planteó ayer a los sindicatos y a la patronal una subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) para 2017 del 8%, 52,4 euros más, lo que lo elevaría a 707,6 euros al mes, según informaron fuentes sindicales. Esta propuesta, que fue presentada oficialmente por el secretario de Estado de Empleo, Juan Pablo Riesgo, a los sindicatos UGT y CCOO y a la patronal CEOE y Cepyme, coincide con la cifra avanzada también ayer por el grupo parlamentario socialista dentro de un pacto con el Gobierno, y como requisito impuesto por el PSOE para apoyar los objetivos de déficit que el Ejecutivo quiere aprobar en 2017 y 2018. El salario mínimo actualmente es de 655,2 euros al mes y una subida del 8% supondría llegar hasta los citados 707,6 euros, midiendo este sueldo en 14 pagas anuales (lo que daría un total de 9.906,4 euros al año).

Los socialistas, que ayer mismo alcanzaron un principio de acuerdo con el Gobierno que las comunidades autónomas puedan tener un déficit del 0,6% en 2017, matizaron no obstante durante la jornada a través de algunas fuentes durante la jornada que estos acuerdos no anticipan ningún pacto o acercamiento sobre el proyecto de Presupuestos Generales del Estado ni sobre el techo de gasto.

Tras conocer la propuesta del Gobierno, los sindicatos reconocieron que les parece un «avance» pero también dijeron que es «absolutamente insuficiente» y, además, no cumple el compromiso de legislatura ya que se refiere sólo al año 2017. CCOO y UGT quieren que el SMI suba el próximo año desde los actuales 655 euros a 800 euros, en un escenario de alzas progresivas que lo llevarían a situarse en el entorno de los 1.000 euros al mes en 2020, con lo que su cuantía alcanzaría el 60% del salario medio, como recomienda la Carta Social Europea.

Quien sí ha hablado recientemente ha sido el Parlamento. El Pleno del Congreso dio luz verde la semana pasada a la tramitación de una proposición de ley de En Comú Podem para subir progresivamente el SMI, tras recabar los apoyos de PSOE, ERC, PNV, PDCat y Bildu. La iniciativa sólo fue rechazada por el PP y sus socios UPN y Foro Asturias, mientras que Ciudadanos optó por la abstención. Esta proposición de ley fija un calendario de subida progresiva de este suelo salarial desde 800 euros en enero de 2018 hasta 950 euros en 2020, una propuesta muy similar a la de los sindicatos, salvo por el año de partida: mientras que CCOO y UGT quieren que el SMI alcance los 800 euros en 2017, la proposición pide esta cantidad para 2018. Así, al elegir 2018 como año de partida, el Gobierno no pudo vetar la tramitación de esta proposición de ley, como sí ha hecho con otras amparándose en que implicaría un mayor gasto en el Presupuesto.

Datos de Hacienda

El número de malagueños con ingresos anuales inferiores o únicamente iguales al Salario Mínimo Interprofesional (SMI) se sitúa en el 42% del total de trabajadores asalariados, según las últimas estadísticas del Ministerio de Hacienda, correspondientes a 2015 y publicadas hace una semana en el epígrafe «Mercado de Trabajo y Pensiones en las Fuentes Tributarias».

Los datos, eso sí, precisan de varias matizaciones, ya que no se refieren a los sueldos que se cobran mes a mes sino que se extraen, por tramos, de las rentas anuales declaradas por los empleadores mediante la Declaración Anual de Retenciones e Ingresos a Cuenta sobre Rendimientos del Trabajo, contando exactamente por igual a las personas que trabajan los doce meses del año como a aquellos que sólo lo hacen en momentos determinados del mismo. Las cifras también estan condicionadas por el hecho de que hay personas que pierden el trabajo a lo largo del año y pasan a cobrar el desempleo o trabajadores que se jubilan en un determinado mes y acceden a una pensión, lo que provoca que sus retribuciones salariales aparezcan, a efectos estadísticos, como más reducidas.

En todo caso, y hechas todas estas salvedades, los números sí reflejarían ciertas tendencias del mercado laboral, caracterizado según vienen denunciando los sindicatos CCOO y UGT por la alta precariedad laboral. Entre estos factores se incluirían el creciente predominio del empleo a tiempo parcial frente a la jornada completa, una tónica de bajos salarios en relación a antes de la crisis o el hecho de que un gran número de personas sólo trabaja en los meses de temporada turística.