La evolución de los indicadores de la actividad turística en lo que va de 2016 pone de manifiesto que, en estos momentos, nuestro destino alcanza unos resultados excepcionales, nunca antes vistos a estas alturas del ejercicio. Así, acumula crecimientos en todas las variables que superan de forma importante la media nacional, gracias al buen comportamiento de los mercados emisores en general, y de manera especial de los internacionales. Como cifras más destacadas y tras un verano excelente, la comunidad ha contabilizado en los diez primeros meses del año incrementos muy significativos en viajeros alojados en los establecimientos hoteleros y en las estancias, con un 7,3% y 8,1% más, respectivamente. Un progreso que, a su vez, se ha traducido en un aumento del 5,4% del empleo turístico hasta alcanzar los 378.200 ocupados de media en el periodo.

Y lo que es quizás más importante es que estas buenas cifras marcan una clara tendencia desestacionalizadora, ya que si bien los datos del verano son excepcionales, los incrementos de pernoctaciones hoteleras fuera de la temporada estrella han sido aún mejores, especialmente en el mercado nacional. En este sentido, hay que destacar que el crecimiento en las estancias alcanza a todas las provincias andaluzas, pero lo más significativo es que las zonas que más están progresando en esta variable durante los últimos años son, precisamente, las provincias de interior, lo que propicia un reparto más homogéneo de la actividad turística en toda la región.

Con este avance, todo apunta a que Andalucía cerrará el ejercicio 2016 con un incremento del 7% en la cifra de turistas (que se situará cercana a los 28 millones) y que superará, por primera vez, los 50 millones de pernoctaciones anotadas en los establecimientos hoteleros, superando todos los registros de la serie histórica hasta ahora. Estos resultados no son fruto de la casualidad, sino de las propias características intrínsecas de nuestro destino y de su capacidad de ofrecer experiencias y sensaciones únicas, así como del esfuerzo y la dedicación de los todos operadores del sector (empresarios, trabajadores y administraciones) y del Gobierno andaluz.

Pero 2016 no está siendo solo un año fructífero en los datos, sino también en el diseño de políticas turísticas consensuadas que buscan promover un desarrollo equilibrado de la actividad y consolidar a este sector, que genera en torno a 17.600 millones en ingresos turísticos, como motor de crecimiento económico y de creación de empleo de calidad. Como ejemplo concreto y como marco de futuro, destaca el Plan General de Turismo Sostenible de Andalucía Horizonte 2020, un nuevo programa estratégico con un presupuesto de 420 millones de euros para sus cinco años de vigencia que pretende dotar al sector de instrumentos y recursos con los que adaptarse a los cambios del entorno, del mercado, de la competencia y de la tecnología.

Este plan, que recoge además los compromisos contemplados en la Alianza por un Turismo Innovador y Competitivo rubricada el pasado julio con los agentes socioeconómicos, marca las pautas para dirigir la evolución de la industria turística en el futuro y sirve de referencia para el resto de los instrumentos de planificación en la materia aprobados este mismo año, como la Estrategia Integral para el Fomento del Turismo Interior Sostenible, el nuevo Plan de Choque contra la Estacionalidad Turística del Litoral Andaluz o los Planes de Grandes Ciudades. Y también orienta otras iniciativas como el Plan Estratégico de Marketing Turístico Horizonte 2020, que enfoca sus líneas de actuación, principalmente, a impulsar el negocio de las pymes del sector, a la especialización de segmentos del destino y a reforzar la presencia de la marca y de la oferta en los dispositivos móviles.

Andalucía tiene capacidad para continuar creciendo y para hacerlo de una forma sostenible y equilibrada. Contamos con las herramientas necesarias para conseguirlo, pero eso no debe hacernos bajar la guardia. Más bien al contrario: debemos estar alerta de modo permanente, teniendo en cuenta la volatilidad con la que a veces se mueven los flujos turísticos en general y las diversas circunstancias económicas, sociales o de percepción de la seguridad que afectan a los mercados emisores, y aprovechar el esfuerzo y el trabajo realizado todos estos años para sentar las bases de un futuro prometedor con la vista puesta en 2020, con una industria más fuerte, más competitiva y más excelente. En definitiva, debemos acometer, bajo el paraguas del nuevo Plan General de Turismo Sostenible, un proceso de innovación y reinvención permanente que nos permita consolidar este sector como un motor de desarrollo y de generación de riqueza y empleo de calidad.

*Consejero de Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía