­El sector servicios continúa aumentado su hegemonía dentro del tejido económico y productivo de Málaga mientras que la construcción, pese a sus síntomas de repunte, sigue muy por debajo de los niveles de actividad que presentaba antes de la crisis. Por su parte, la industria y el segmento agrícola mantienen un peso muy reducido aunque de indudable valor dentro de la economía provincial.

El último informe anual del mercado de trabajo elaborado por el Servicio Estatal Público de Empleo (SEPE), publicado hace un par de meses, recuerda que los servicios reunían ya casi el 87% del total de los 580.500 ocupados registrados en la provincia por la EPA a cierre de 2015. El porcentaje supera ligeramente al del año anterior (86%) y sitúa de esta forma a más de 503.000 personas trabajando en el segmento terciario de la economía, donde se incluye el macrosegmento turístico y áreas tan fundamentales como el comercio, el transporte o los servicios a empresas.

El estudio del SEPE estima también que el sector servicios aglutina, a partir de los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) disponibles de ejercicios anteriores, el 84,12% del PIB provincial excluyendo impuestos netos (lo que se conoce como Valor Añadido Bruto), ratificando que la riqueza viene cada vez en mayor porcentaje de su sector terciario. Hace algunos años esa tasa no llegaba en Málaga al 80% pero en este tiempo ha ido subiendo. En España, el peso de los servicios es del 74,5%, casi diez puntos por debajo de la provincia malagueña.

La construcción sigue siendo, con mucho, el sector más castigado por la crisis. Su peso en la riqueza de la provincia se ha reducido drásticamente: de representar casi el 20% en los años de la burbuja inmobiliaria ha bajado al 7,1%. La caída en su contribución al empleo es también significativa. Hasta 2007, Málaga llegó a emplear a más de 100.000 personas, tanto en edificación de viviendas como en ejecución de obras de infraestructuras. Sin embargo, a cierre de 2015, la cifra de ocupados era tan sólo de 34.900 personas. El sector constructor emplea actualmente sólo al 6% del total de trabajadores que hay en la provincia.

La foto se completa con las aportaciones de la industria y la agricultura a la riqueza de Málaga, segmentos con una representatividad limitada y que se mueven desde hace años en porcentajes del 6% y el 2% respectivamente. A nivel de ocupación, la industria emplea a 22.700 personas en Málaga y la agricultura únicamente a 19.500. Sin embargo, cabe constatar que a lo largo de 2015, el sector industrial bajó su peso dentro del empleo total de la provincia del 5,2% al 3,9% mientras que la agricultura lo mantiene constante.

Un debate recurrente

El enorme protagonismo del sector servicios es objeto de debate desde hace años. Los sindicatos CCOO y UGT afirman que este predominio se traduce en un modelo de empleo precario y piden más diversificación.

Los empresarios, por su parte, sostienen que la hegemonía de los servicios en Málaga, de clara vocación turística, es lógica aunque admiten que echa en falta un mayor peso industrial, en línea con las consignas europeas del Horizonte 2020. La Confederación de Empresarios de Málaga (CEM) ha resaltado también en varias ocasiones la necesidad de recuperar plenamente al sector constructor y, a nivel general, de aumentar el tamaño de las empresas locales, algo que también podría ir ligado a una mayor desarrollo de la industria.