La provincia de Málaga sigue consolidando en este 2016 los signos de reactivación económica percibidos en los dos ejercicios anteriores con un ritmo de creación de empresas que vuelve a situarla un año más como el principal motor de la actividad en Andalucía. Y es que a pesar de que la crisis se ha llevado en estos años por delante a unas 16.000 empresas malagueñas, según datos de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), hay también cifras que mueven al optimismo. La Málaga emprendedora sigue rebelándose contra la crisis y genera nuevos negocios que compensan en parte a los que van desapareciendo. Así, Málaga tiene casi 57.500 firmas dadas de alta en el Régimen General de la Seguridad Social al mes de octubre, la cifra más alta a estas alturas del año desde el inicio de la crisis, en 2008, y muy cerca ya de las 58.800 que se registraban en 2007, ejercicio que marcó la cúspide del boom económico.

La provincia malagueña lidera además el número de empresas a nivel andaluz, por delante de las 53.630 de Sevilla, y concentra cerca del 25% del tejido productivo de la comunidad, conformado por más de 245.000 firmas. La pujanza de Málaga también se deja traslucir en otros parámetros relativos a la creación de empresas. En lo que va de año se han generado ya 4.325 nuevas sociedades mercantiles, un 10%, más que en el mismo periodo de 2015. En este caso, la provincia reúne un tercio de todas las sociedades que se generan en la comunidad andaluza (un porcentaje que se suele repetir todos los años).

No obstante, la propia CEM admite que el actual tejido productivo no puede compararse aún con el de antes de la crisis, ya que, por lo general, las compañías que han ido desapareciendo durante la recesión generaban más empleo que las que vienen surgiendo ahora. Por otro lado, las plantillas medias de las empresas que sí han superado la crisis son, por norma, más reducidas que las que se manejaban en 2007. De hecho, la tasa de paro al tercer trimestre de 2016 en Málaga es del 25,2% mientras que en aquel año era del 10,4%.

Lo cierto es que el dinamismo empresarial está asegurado en Málaga, sí, pero con muchos retos pendientes. Uno de ellos es, por supuesto, aumentar el tamaño medio de las empresas. El actual tejido empresarial de Málaga está compuesto en un 97% por micropymes que no llegan a los diez trabajadores. Esa falta de dimensión dificulta a estas firmas tanto afrontar operaciones y negocios de mayor calado como el poder competir en mejores condiciones en un mercado cada vez más globalizado, según vienen insistiendo de forma reiterada tanto la CEM como la Cámara de Comercio de Málaga.

Buena evolución exportadora

Es cierto, como apuntan empresarios y economistas, que si algo bueno están dejando los años de crisis es la obligada apuesta de las empresas por la internacionalización, tras haberse desplomado en su día el consumo interno. De hecho, la provincia de Málaga marcha en este 2016 a ritmo de récord en lo que refiere a cifras de exportación, con 1.495,2 millones de euros acumulados en ventas al exterior hasta septiembre y un 10,4% de incremento en relación al mismo periodo del anterior ejercicio, que se saldó con un techo de 1.762 millones en mercancías comercializadas fuera de España. Si mantiene este ritmo hasta final de año, la provincia firmaría una nueva marca a cierre de ejercicio de cerca de 1.950 millones de euros (de los algo más de la mitad corresponderán a su sector agroalimentario). Toda esta dinámica ha permitido que el volumen exportador haya crecido un 65% desde 2008.

Sin embargo, queda mucho camino por recorrer. Según la agencia Extenda, en Málaga hay casi 4.500 negocios que exportan, pero sólo 814 de ellos lo hacen de forma regular. La cifra ha subido un 50% respecto a hace unos años aunque teniendo en cuenta que la provincia tiene casi 57.500 empresas dadas de alta en la Seguridad Social, el porcentaje es a todas luces muy mejorable. Además, esas 814 empresas que exportan regularmente acaparan el 88% del volumen total de exportaciones de Málaga, lo que deja bien claro que el resto, pese a que todas las operaciones son valiosas, se mueven en números muy pequeños. Se necesita una apuesta más generalizada por la internacionalización.

El crédito deja de caer

El contexto económico actual, por otro lado, sigue marcado por la restricción crediticia, aunque tanto la CEM como el Colegio de Economistas de Málaga constatan que la actitud de los bancos ya es distinta y que las operaciones de crédito vuelven a fluir a mejor ritmo. Tras el primer semestre de 2016, el crédito vivo que manejan las familias y empresas de Málaga cayó sólo un 0,4% en relación al mismo periodo del ejercicio anterior (otros años lo hacía en el entorno del 8%) dejando el total ahora en 32.476 millones de euros. La tendencia a la baja del crédito persiste porque siguen siendo mucho más los créditos que van siendo amortizados que los que se suscriben, pero el hecho de que la caída sea ya mínima indica que el canal se está reactivando.