­Su abuelo ya se dedicaba al transporte de viajeros en Campanillas. Antonio Vázquez Olmedo, malagueño, es el gerente de la empresa de autobuses que lleva su apellido y desde hace unos meses, presidente de la nueva Federación Independiente de Transportistas de Andalucía. Más de 30 años vinculado al sector, por tradición familiar, conoce a la perfección cuáles son los principales problemas que inquietan a la profesión y los retos de futuro de un segmento empresarial donde proliferan las pequeñas empresas, que se ven obligadas a tirar los precios para poder subsistir, pese a que ofrecen una alta calidad.

¿Cuál es la vocación de Fedintra y por qué nace?

Fedintra se crea con el objetivo de que las pequeñas y medianas empresas del sector puedan tener una representación a nivel regional que medie con las administraciones para exponer los problemas del transporte de viajeros en cada provincia y a nivel andaluz. Solo así les podemos plantear nuestro punto de vista, ya que de otra manera ni nos escuchan.

¿De cuántas empresas estamos hablando en la provincia de Málaga?

Solo de tranporte de viajeros somos 145 empresas, lo es una barbaridad. Es una de las provincias con más empresas de España. El boom turístico hizo en su día que muchos conductores se convirtieran en empresarios. Esto pasó además de buenas a primera, ya que las mismas empresas que los subcontrataban les vendían el autobús. Esto hace que la competencia sea brutal, por lo que el sector pasa por una situación complicada. Y no solo en Málaga. En Andalucía hay 572 empresas.

¿Cualquiera que tenga un autobús puede tener una empresa de transporte de viajeros?

No. Hay que tener más de 5 de vehículos y unos requisitos que no todo el mundo cumple. Y estamos hablando de unos precios muy altos. Cada autobús cuesta como mínimo 260.000 euros y nadie se mete en estas cosas. Los que estamos nos viene de tradición familiar. Es complicado empezar de cero. La tecnología y las novedosísimas medidas de seguridad que traen todos los autobuses de fábrica ha encarecido mucho los precios.

¿Cuáles son las principales necesidades del secto?

Necesitamos empresas más fuertes. El del transporte de viajeros es un sector muy atomizado y cuesta trabajo competir. La necesidad aprieta y provoca que muchas empresas opten por hacer UTE, pero como su propio nombre indica, son uniones temporales. También hay un movimiento de compra y venta de empresas. Las más grandes adquieren las más pequeñas. Pese a todo, que haya tantas empresas hace que la competencia sea feroz y que nuestros márgenes de beneficios sean ridículos y muy por debajo de lo que la calidad que ofrecemos merece.

¿Y cuáles son las mayores fortalezas?

Contamos con una de las flotas más modernas de transporte. Sin duda somos la envidia de Europa. Por otros sitios no viajas con la misma calidad que aquí, y además lo puedes hacer a un precio increíble. Pese a todo, el 51% de los autobuses ya tienen más de diez años. Esta situación viene motivada por el pliego de condiciones de la Junta para contratar el transporte escolar, que solo tiene en cuenta el precio y nada más.

¿Existe un perfil de turista de autobús?

Obviamente la llegada del AVE, por ejemplo, ha hecho que perdamos mucha cuota de mercado en largos recorridos. Pero el autobús es el medio más eficaz para el turismo puerta a puerta, hotel a hotel. Aquí no nos iguala nadie. Los cruceros también son muy importantes. Cada vez llegan más, porque se han popularizado mucho, y necesitan más autobuses, aunque sean para visitas cortas. Aquí el precio también es muy bajo, tanto que el transportista apenas gana. Los touroperadores saben moverse muy bien.

¿En una economía de libre mercado, donde no se pueden pactar precios, qué se puede hacer?

Desde la asociación apostamos por la formación. Hace falta seguir formando a nuestro empresariado. No podemos seguir trabajando como trabajamos con estos márgenes tan pequeños. Un autobús vale más que un piso o más que un chalé y a los siete años ya el cliente te está diciendo que es viejo y hay que cambiarlo.

Hablaba antes del envejecimiento de la flota y lo achacaba al transporte escolar...

Porque la Consejería de Educación no valora la antigüedad de los vehículos ni la inversión que hace el empresario por renovar su flota. Solo busca el mejor precio desde que comenzó la crisis y con ella los recortes. Un autobús escolar puede estar operativo 16 años. Esto ha hecho que en los últimos años se haya aguantado la flota de vehículos sin renovar. En 2006 el porcentaje de autobuses de más de 10 años representaba 41% y en 2014 ya representaba el 51%. Aunque tiene que pasar cada seis meses unas revisiones rigurosísimas. Nuestros autobuses con mirados con lupa y nadie puede poner en duda que están perfectos, pero mayores. Y a nivel medioambiental sí es más perjudicial por la emisión de gases y la contaminación.