A ninguno se nos escapa lo que ha cambiado nuestra ciudad a mejor en pocos años. Es lógico que en el debate interno haya diferentes opiniones sobre prioridades y actuaciones, las arrugas se aprecian cuando miras de cerca, pero cuando te alejas y escuchas el punto de vista de quienes nos visitan los elogios y la admiración son claramente los que predominan. Empiezo con este comentario porque estos elogios, este buen sabor de boca que deja nuestra ciudad a quienes vienen a vernos, a participar en un congreso, a reunirse con una empresa, a visitar un museo o simplemente a disfrutar de un fin de semana, es el que invita a aumentar las relaciones de negocio con nuestro entorno y por tanto se convierte en un gran elemento de motivación para el desarrollo de nuestra economía.

Málaga sigue potenciando su plan estratégico, como ciudad atractiva para un turismo de calidad, un destino cultural y un enclave para invertir y trabajar. En lo concerniente a la economía nuestros diferentes motores parecen que por fin están todos en marcha. La construcción inmobiliaria y venta de viviendas ha salido definitivamente de la depresión para ir mostrando datos de crecimiento, aunque en volumen estemos todavía muy lejos de sus mejores tiempos. La Costa del Sol alcanza un año de máximos en turismo, es record el número de pasajeros que están usando nuestro aeropuerto, es record el número de cruceristas y es record el de pernoctas y muchos indicadores que se utilizan para monitorizar la evolución de este sector clave en nuestra economía. También merece destacarse la industria agroalimentaria en nuestra provincia, se está haciendo una buena labor de desarrollo de marca, de denominación de origen y de crecimiento de nuestras empresas.

La relación anterior de sectores estaría claramente incompleta si no contemplamos el sector tecnológico que engloba la industria electrónica, el desarrollo de software y las tecnologías de la comunicación en su sentido amplio. Un sector en el que operan empresas puramente de software junto con otras de diferentes ámbitos que han convertido el desarrollo y uso de la tecnología en la base principal de su oferta. Este sector necesita atraer y retener talento, se aprovecha de las conexiones aéreas, valora el entorno cosmopolita y se estimula con la captación de inversores. Para ello Málaga cuenta con activos muy importantes que tantas veces repetimos: la Universidad, el aeropuerto conectado regularmente con cerca de cien destinos internacionales, el Parque Tecnológico, el atractivo de nuestro entorno, nuestro clima y la calidad de vida que disfrutamos.

En el sector tecnológico hemos conseguido en los últimos años lo que llevábamos muchos predicando. El aterrizaje de conocidas multinacionales tecnológicas junto con otras, quizás de menos renombre pero también internacionales, que han elegido Málaga como el lugar idóneo para centros de apoyo a su actividad. En particular nos hemos convertido en lugar de atracción para empresas de desarrollo de software y big data. Si usted está leyendo este periódico en horario laboral, sepa que en este momento más de 6.000 personas en Málaga están escribiendo líneas de código y el número aumenta cada día. Si añadimos empresas de base tecnológica, trabajando para diferentes sectores, cerca de 20.000 personas estarán trabajando en este momento en nuestra ciudad y crece año a año.

Efecto llamada. Lo más atractivo de nuestra capacidad de atracción de empresas tecnológicas, y de desarrollo de software en particular, es que solo está empezando. A ninguno se nos escapa que la revolución digital que vivimos, con elementos como el internet de las cosas, los vehículos autónomos, la robotización, el big data o la impresión 3D, se construyen con algoritmos y líneas de código, por lo que nos encontramos ante una fuente inmensa de empleo y tenemos que ser capaces de aprovecharlo. Además se produce cierto efecto llamada, mientras más empresas eligen Málaga para sus centros de desarrollo, más empresas entienden las ventajas de hacer lo mismo. De igual forma, mientras más crece la actividad, más mejora el ecosistema innovador y más real y accesible se convierte para el emprendedor local.

Es por ello que no podemos descansar, subirnos a la ola digital global es una gran oportunidad para nuestra economía y será una gran generadora de empleo. Tenemos que abrirnos más aun a los mercados internacionales, poner nuestra huella en el mundo, alentar la formación de nuestros jóvenes hacia la tecnología, ser una ciudad de acogida para el talento, un lugar donde hacer negocios sea sencillo y seguir mejorando el atractivo de nuestra ciudad y nuestro entorno que como dije al principio es la base de todo.

*Director general de Aertec Solutions y vicepresidente de Málaga Valley