Patricia Fernández sale de una de las tiendas de segunda mano de la calle Carretería. «Voy a la policía», dice enfadada. Hace unas semanas decidió dejar su Iphone 4 por 15 euros a través de un contrato de venta recuperable. «Mi hija está enferma del corazón y necesitaba el dinero», explica. Hace cuatro días que pasó el plazo para recoger su teléfono. «Ahora me piden 50 euros para recuperarlo. Es abusivo». Claudia Pérez lleva poco tiempo detrás del mostrador de una tienda de compra de antigüedades, sin embargo, afirma que ha bajado tanto la compra como la venta de ese tipo de productos. «Los descuentos siempre están en boca de todos», asegura. «En 2008 hubo un par de años buenos, sin embargo, a partir del año 2012 comenzamos a bajar nuestra actividad hasta hoy», sentencia. Por su parte, Carolina Romero que regenta un local a pocos metros dice que «ha subido la venta del oro, la gente tiene más dinero».