­El Ayuntamiento de Málaga prepara un plan de choque social para 2017 con el que atender a las personas mayores de 65 años que viven solas, en especial a aquellas que sufren una mayor vulnerabilidad o fragilidad. En total, según arroja un estudio encargado por el área de Derechos Sociales, la cifra asciende a más de 23.600, lo que supone el 25% de total de los ancianos que viven en la capital malagueña. De estos, el 60% asegura sentir soledad, en especial a la caída de la tarde.

Aunque las conclusiones de este estudio señalan que la mayoría de las personas que viven solas en la ciudad cuentan con el apoyo social y emocional que necesitan, uno de cada tres no recibe visitas diarias o semanales. La colaboración de la Comisión Permanente del Mayor con este área del Ayuntamiento llevó a los responsables a encargar este estudio, que pretendía conocer de primera mano las necesidades del colectivo. El propio concejal del ramo, Julio Andrade, apuntó ayer a la preocupación de los datos estadísticos pues, según señaló, la mayoría de estas personas viven solas no por elección, sino porque no tienen familia directa o han enviudado. Y es que, en palabras de las trabajadoras sociales que se han entrevistado con las personas que han participado en el estudio, la mayor parte de los mayores presentaban déficit afectivo y físico.

Así, uno de los datos que más preocupa al área es que el 26,6% de los mayores de 65 años tienen apuros para asumir la cesta de la compra y el 7,4% mucha dificultad. «La mayoría no llega a los mil euros, un 30% vive con una pensión de entre 600 y 800 euros», apuntó en rueda de prensa Andrade, que lamentó que un 9,7% tenga dificultades para pagar suministros básicos como luz o agua.

Al otro lado, una cifra nada desdeñable: el 30% ayuda económicamente a sus familias a consecuencia del desempleo o de la falta de ingresos económicos a consecuencia de la crisis económica.

Los distritos más «mayores» de la ciudad son, por este orden, Centro (5.026), Carretera de Cádiz (4.977) y Cruz de Humilladero (4.391), frente a Campanillas (382) y Teatinos Universidad, con 399. Por este motivo, a partir de enero van a trabajar con un proyecto piloto, aún por perfilar, con 2.190 mayores que viven en el Centro histórico y 142 de Campanillas con el objeto de atender, asesorar, y acompañar a las personas que puedan tener una mayor necesidad ante la soledad del hogar, según explicó en la rueda de prensa la directora del área, Ruth Sarabia. El proyecto se extenderá después al resto de distritos de la ciudad.

Las personas sin estudios son quienes se encuentran en una situación de mayor fragilidad o vulnerabilidad social. Además, se han detectado otras circunstancias específicas, como que tener menos de 80 años supone un riesgo para la vulnerabilidad en el hogar ya que las viviendas no están adaptadas o que las mujeres disfrutan menos de las actividades lúdicas y recreativas que se realizan fuera de casa.

Ante estas cifras, que Andrade calificó de «preocupantes», el Ayuntamiento de Málaga puso en marcha este año la Unidad de Emergencia Social que interviene, entre otros colectivos, con el de ancianos con mayores problemas de afectividad y sociabilidad. «La Policía y los Bomberos reciben muchas llamadas de vecinos o amigos extrañados que llevan tiempo sin ver a una persona que vive sola», explicó el edil, que reconoce que cuando se llega a estos hogares suelen encontrarse situaciones «muy lamentables». La mayoría, según explicó, ha tenido algún accidente doméstico como una caída o están en situación de desnutrición. En total, esta unidad sigue a 354 mayores una vez han sido dados de alta en los servicios sanitarios.

Por otra parte, el 81,7% de los 94.000 mayores que vienen en Málaga capital no tienen cuidador -como los que pone a disposición la Ley de Dependencia con la Ayuda a domicilio-, por lo que recordaron que aquellas personas que quieran pedir algún tipo de ayuda pueden acudir al centro social de su distrito y pedir una cita con el trabajador social, que les orientará respecto las ayudas que pueda solicitar o a dónde puede dirigirse para recibir un apoyo externo, como las que prestan entidades como Cruz Roja, Fundación Harena o Cáritas, entidades, todas ellas, que van a colaborar en el proyecto piloto a consecuencia de trabajar desde hace años con programas de voluntarios para atender, precisamente, al colectivo de mayores de 65 años.

El responsable de la empresa Nexo, Julio Segovia, que ha llevado a cabo el estudio sociológico a través de 425 entrevistas, apuntó a que las dos principales vías para acabar con la vulnerabilidad son la realización de actividades en el exterior para evitar el aislamiento al que indirectamente se someten los mayores por vivir solos y la creación de relaciones sociales, ya sea con familiares, amigos, asociaciones o recursos municipales.