­­Lourdes García Ortiz ha sido una magistrada pionera en muchos sentidos: fue la primera mujer en Penal en la Audiencia Provincial de Málaga, la primera en presidir una sección penal, la Segunda, y ahora la primera en dirigir la Audiencia. Ante sí, tiene retos de envergadura como los macroprocesos, la culminación de las reformas de la oficina judicial, los tribunales de instancia o el partido único provincial, así como la terminación del proceso de transformación digital en los órganos. En esta entrevista, analiza las líneas maestras de su programa, entre las que destacan temas de igualdad y la resolución extrajudicial de conflictos.

Supongo que sus compañeras se habrán alegrado especialmente por lo que supone esto para las magistradas y juezas...

La verdad que he recibido muchas felicitaciones, tanto de compañeras como de compañeros, pero confío en que me ayuden y estén a mi lado en este reto.

A la Audiencia Provincial de Málaga se la conoce como la pequeña Audiencia Nacional. ¿Qué características tiene y qué habría que arreglar?

Bueno, si hablamos de jurisdicción penal, tenemos esta costa con una gran complejidad de asuntos, muchas causas, macrocausas sobre todo, son instrucciones primero y luego macrojuicios muy complejos, complicados, algunas veces mediáticos y eso es una carga importante muy característica de esta zona. En otros aspectos, en otras jurisdicciones, hay una gran sobrecarga, la litigiosidad es alta, por ejemplo la civil. Tenemos que seguir trabajando en dotar de medios y plazas nuevas a las salas. Mientras llega todo ese proceso que está en marcha de reforma de la oficina judicial, que a lo mejor podemos ir trabajando para llegar al cambio más radical que pueden ser los tribunales de instancia, mientras tanto hay que seguir creando juzgados, sobre todo unipersonales y plazas de la Audiencia en Civil y Penal.

Las secciones penales están sufriendo mucho con las macrocausas...

Las secciones penales se ampliaron en una plaza, la memoria del TSJA propone otra plaza y estamos pensando siempre en el trabajo que suponen los macrojuicios, la agenda tan cargada de señalamientos. En el orden Civil hay una sobrecarga enorme de trabajo y una pendencia en las resoluciones y las apelaciones civiles y ha hecho que se ponga una medida de apoyo con magistradas, precisamente, que están reforzándolas en comisión de servicio. Lo suyo es que se consolidaran como plazas de titulares. En los juzgados de Primera Instancia, tanto en Málaga como en la provincia, hay también una sobrecarga que hay que ir solucionando. Algunos se han reforzado con Jueces de Adscripción Territorial, con ayudas temporales, pero hay que trabajar por hacerlas permanentes.

Hay problemas importantes en la Costa del Sol con juzgados sobrecargados, sobre todo en Marbella y Estepona, llenos de macroprocesos y con sedes antiguas...

La Ciudad de la Justicia es un edificio moderno y funcional, pero hay que estar pendiente de las dependencias judiciales de otros partidos de la provincia. Es importante mantener un contacto muy directo con los jueces y juezas de estos partidos, ver el estado de sus dependencias y atender esas reclamaciones, canalizando sus peticiones, tanto para unificar sedes, que hay dispersas en estos partidos, como modernizar instalaciones.

Pero estamos en tiempo de escasez de dinero. ¿Cómo se conjuga eso con nuevos edificios judiciales?

Pues habrá que verlo. Hay que tratarlo con las instituciones correspondientes. Haciendo peticiones al consejo, relacionarnos con el Tribunal Superior y la Junta, cuyo trabajo es importante en este sentido.

¿Qué opinión le merece el partido judicial uniprovincial?

Una primera medida que se está viendo como posible es, en juzgados de Violencia sobre la Mujer, que cuentan, por ejemplo, en Málaga con apoyos a nivel psicosocial para la mujer, atención a las víctimas, ampliar el partido judicial de forma que se beneficie más territorio de todos esos medios. Desde esa perspectiva, hay que ir trabajando en unificar. ¿Qué pegas tiene eso? Pues tener víctimas y ciudadanos y ciudadanas que tengan que desplazarse más. Hay que poner en equilibrio esas cuestiones. De todas formas, con la reforma de la oficina judicial que se está planteando y los tribunales de instancia la forma de trabajar va a cambiar mucho, vamos a ir viendo, hay que apoyar todas esas reformas.

¿Tienen fecha los tribunales de instancia?

No. Hay que modificar la Ley de Planta, la Ley Orgánica, para establecer esos criterios de trabajo de forma más colegiada y con oficinas, en vez de esa estructura de juzgados unipersonales separados unos de otros, pues unificados con servicios comunes que van a trabajar en equipos más amplios. Ahí es donde vamos. No sólo en Violencia sobre la Mujer, se trata de una gran reforma a un nivel más amplio.

¿Ha sido importante la aportación de los jueces en la lucha contra la corrupción?

Sí y no sólo en Málaga. En esta provincia llevamos muchos años trabajando en muchos casos, se han puesto las denuncias, se han hecho las investigaciones policiales, se han llevado por la Fiscalía los temas de corrupción, los juzgados de Instrucción han desplegado un trabajo intenso, tanto en la ciudad como en los partidos, se han enjuiciado muchos casos en estos años por delitos muy relacionados con la corrupción tanto en el ámbito municipal como en otros, delitos económicos, cohecho, prevaricación, blanqueo, se ha trabajado en delincuencia organizada, en trata de seres humanos. Nos llegan casos muy complejos y se ha hecho mucho en estos años, y seguimos recibiendo causas muy complejas de corrupción. También se da mucha formación continuada a los operadores jurídicos.

¿Qué percepción social tienen los jueces entre los ciudadanos?

Yo creo que se acude a la justicia porque hay cierta confianza, quiero creer. Quiero creer que damos una imagen de imparcialidad, de objetividad, creo que es la verdad. Somos un colectivo que trabaja de forma muy serie, estamos muy pendientes de esa independencia que tenemos que ejercer, que es nuestro bien más preciado.

¿Cómo vivió la polémica entre abogados y jueces de hace unos años y cómo piensa enfocar esas relaciones?

Yo esa polémica estaba en mi trabajo diario. Te sabe mal ver que hay un desencuentro. Yo lo que sí creo es que hay que tener muy buenas relaciones con los colegios profesionales, tanto el Colegio de Abogados como los procuradores, graduados sociales, etcétera... Hay que tener una relación fluida. Hace poco que se ha firmado un código de buenas prácticas, han intervenido los decanos, el presidente del TSJA, y es un código que me parece muy interesante para poner en práctica, de poder trabajar con los letrados, intentar evitar dilaciones o suspensiones de juicios innecesarias.

Ellos se quejaban sobre todo de eso...

Muchas veces no es cuestión de los juzgados. Hemos de trabajar todos en las buenas prácticas. Después de que desplegamos todo un trabajo desde la oficina judicial, hacemos venir a ciudadanos y ciudadanas como testigos, como encausados y, de repente, por circunstancias que no es necesario suspender se produce la suspensión y da lugar a dilaciones y disfunciones. Hay que hacer un trabajo conjunto ahí. A veces no hay más remedio, si se pone enferma una persona se pone enferma. Si estás previendo un cambio en el letrado, por ejemplo, hacerlo con anticipación. O el tema de las conformidades, trabajarlo con Fiscalía. Si está claro que va a haber una conformidad, y prevé la ley con antelación que se puede hacer, pues hacerla sin hacer venir a personas y no hacer la conformidad cuando ya tienes a los testigos en la puerta. Eso nos va a hacer avanzar a todos y voy a fomentar el trabajo conjunto para ello.

Durante su mandato se concretará el sistema de LexNet...

Eso está en vías. Es un proceso. Lo primero con lo que nos hemos enfrentado ha sido la firma electrónica, estamos acostumbrados a firmar con nuestro bolígrafo todos los días y, de repente, firmamos electrónicamente con tarjetas. La Junta trabaja en las incidencias, al principio se firmaba más lento y ahora más rápido, el expediente digital, la notificación vía LexNet, se está trabajando sobre ello. Nos han dado cursos sobre cómo acceder a los expedientes, es muy interesante el proceso.

¿Cree que culminará el proceso durante su mandato?

Yo creo que sí. Tal como avanza va bastante rápido.

¿Cómo va a trabajar la mediación?

Hay una guía que se presentó en noviembre por el Consejo General del Poder Judicial, da unas pautas a partir de lo trabajado, y eso es importante para trabajar en su aplicación.

¿Se sienten presionados los jueces por los políticos o la opinión pública? ¿Ha notado esa presión?

Yo reconozco que no. He intentado siempre trabajar al margen de esas presiones, y eso es lo que hacemos.

¿Se dan?

No directamente. Las noticias están ahí, los informativos, los periódicos, estamos en el mundo, sabemos cuándo tenemos un juicio con carga mediática y cuándo no. Pero se trata de abstraerse a la hora de enjuiciar y valorar pruebas hay que ser profesional.

¿Cree que el hecho de que usted sea presidenta puede ayudar a que otras juezas y magistradas den un paso adelante para optar a estos puestos?

Me gustaría, claro. Efectivamente siempre hablamos de la igualdad, hay que trabajar mucho en ese tema, estamos las mujeres en el mundo del trabajo desde hace muchos años, pero cuando vamos ascendiendo a puestos de más responsabilidad siguen ganando los hombres. Hay que trabajar en eso porque muchas veces nos echamos nosotras mismas hacia atrás y no puede ser. Es la clásica expresión de que hay que romper el techo de cristal, para ello es muy importante la conciliación de la vida laboral y familiar, la implicación de los hombres en la vida doméstica, el cuidado conjunto de hijos, un trabajo de igualdad a nivel social, que puede permitir a las mujeres desarrollar una responsabilidad mayor compatibilizándola con su vida. Hay que trabajar mucho. Me gustaría que esto sirviera un poquito, un granito de arena de decir, pues mira vamos a dar el paso para adelante otras compañeras en los puestos que vayan surgiendo. Lo mismo en formación, siempre hay más compañeros pidiendo las direcciones de cursos.

El consejo, en un informe, decía que, pese a haber muchas juristas con currículos brillantes, pocas pedían acceder a puestos de responsabilidad...

Pasa porque quizás nos cuesta todavía dar esos pasos. Poco a poco se van dando. Hay una Comisión de Igualdad en el Consejo que está trabajando mucho estos temas, y me comprometí en mi programa a estar muy atenta a sus directrices.

¿Qué se puede hacer en la Audiencia en temas de igualdad?

Cuando yo llegué en el 99 en Penal no había ninguna mujer, sólo una en Civil y fui la primera en Penal, y a día de hoy somos trece. Las compañeras van subiendo en el escalafón, hay muchas mujeres en la carrera, la mayoría ocupando juzgados unipersonales, pero ya van llegando a la Audiencia muchas y lo que hay es que dar pasos a puestos de responsabilidad.