­Hay proyectos de Málaga que forman parte ya del anuario resumen de cada año como el proyecto del Astoria, la creación de un parque en los suelos de Repsol o el polémico hotel de Moneo en La Mundial. Durante 2016 poco se ha avanzado en estas tres infraestructuras. El caso del hotel de Moneo en La Mundial está a expensas del promotor, que se encuentra en un callejón sin salida. No puede conseguir los avales para financiar el proyecto porque no está aprobado definitivamente y no se aprueba porque no tiene los avales. La presión es sobre Ciudadanos, de nuevo, cuyo voto podría permitir la aprobación que desbloquee el tema de los avales. De hecho, el 1 de diciembre finalizó el último aplazamiento otorgado por el Ayuntamiento a la promotora Braser para que abonara los 4,8 millones de euros del convenio urbanístico que lleva asociado esta operación, una cifra que sumados recargos e intereses podría superar ya los seis millones de euros. La empresa, no obstante, volvió a pedir un aplazamiento del pago que ahora tendrá que ser analizado por Gestión Tributaria y que en caso de no aceptarlo, deberá activar el correspondiente procedimiento de embargo de los bienes de las sociedades de la unión de empresas. Mientras, los grupos de izquierdas de la oposición aprobaron en el pleno de diciembre que se no le concediera más tiempo, que pagara el aval ya o que se cumplieran los acuerdos plenarios para resolver el convenio.

En los terrenos de Repsol el problema es más delicado. Hay opiniones variadas sobre el destino de los suelos, aunque en su mayoría pasan por, al menos, reducir la edificabilidad y ampliar el parque urbano previsto. La oposición vecinal a los rascacielos, en un distrito electoralmente muy valioso, complica la situación. Por ahora, se ha ido dilatando en el tiempo la toma de decisiones, aunque administrativa y urbanísticamente no hay problemas. La salida que se presume a este conflicto no es otra que el bloqueo político y social, que traducido a lenguaje de calle significa que esa enorme parcela de 177.000 metros seguirá como una gran mancha o descampado por otros muchos años. El PP defiende el actual proyecto de rascacielos y bosque de 80.000 metros, y el resto de grupos políticos y colectivos rechazan la presencia de viviendas y apuestan por el plan más verde.

El caso del Astoria es otro de esos asuntos sobre el que no se ha tomado ninguna decisión y se dilata en el tiempo. La convocatoria de un concurso de ideas, sin un fin demasiado claro, parece más una forma de ganar tiempo mientras se le busca una salida o se encuentra un inversor.